Yo espero la noche para irte a buscar, yo espero el roció y la brisa del mar para irme a soñar.

Hay heridas tan grandes que duelen sin cesar, ríos profundos encarrilados sin salida, solo al tiritar tu voz ensanchan mi caminos y encuentran desvió al navegar.

Bella dama, hija del amor, del cielo sin comprensión, espasmo del corazón, grieta nueva que pronto haz de marchar, haz de correr, por la vida haz de correr, pero nunca olvides y magníficat mi amor.

Yo inventaría un cielo nuevo, una nueva tierra cumplir así mi susodicho anhelo.

El mar cubriría mi fantasía, el cielo llovería miles de gotas, ni así acabaría la avalancha de mi osadía.

Tu piel suave dueño tiene, tu juventud madures lleva, te miraran, bajo la oscuridad te acariciaran, te amaran y al terminar de amar tal vez suspiraran.

Te incorporaste a mi vida, buscas tu felicidad, pero no puedo quitare la tuya, aunque quiero que seas mía.

No matare tu alegría, aunque sea mi vertiente herida, callado me quedare, decir algo está de más, ni confesare, ni de culpa te embargare y aunque no lo creas feliz soy, porque te amaran igual que yo y cuando te encuentres infeliz, busca el pequeño amor que aquí encontraras, aunque pequeño si lucro que darte, el amor más grande y hermoso no lo dudes te esperara.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS