El llorar transciende sin cesar con la lejanía, quien, se regocija con fuertes lazos entrelazados de amarguras y de ella, la felicidad muere a un olvido.
-¿Me has de decir de que pequeño rosal viene?-
Cuéntame los milagros que han llegado, al sentir tu presencia a la lejanía, necesito comprobar, si en realidad has creado la imagen correcta de aquellas sonrisas.
-Me dirás nuevamente lo falsas que son los pétalos de las inmensas flores que abarcan en la cama, quienes caen una por una y sin el mínimo sonido.
¿? -Acaso no oyes el crujir de ese corazón latente, que solamente añora la verdad aun sabiendo lo dolorosa que pueda llegar a quebrar.
¿O es que mi verdad realmente será la verdad que profana aquellos corazones curiosos y ansiosos de ese terrible sentir inminente quien pro cae el mínimo ligero del sonido y ese mal genio fortaleciéndose, quien a pasos veloces llego al horizonte lejano; la vista pequeña captando fuertemente al destellante color rojizo que se expande por los cielos gigantes y, temiendo la dicha perdida.
-Eylid~
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