Lo perfecto en todos los aspectos no es real, y lo real en todos los aspectos no es perfecto, es lo que es, según los ojos que lo miren.
Puede resultar totalmente horrible para algunos, como plenamente hermoso para otros.
Como el olor a tierra mojada, el frío, el calor, los colores, el silencio, la adrenalina y la paz.
Lo que nace no siempre es lindo al principio, pero al crecer va formándose, como la planta que emerge desde la tierra, desde la semilla, débil, y termina por convertirse en el árbol más florido del jardín.
Como el niño que nace sin saber nada de la vida, y muere lleno de experiencias marcadas en su piel, sus años, y su alma.
Los ciclos no siempre aparentan lo que son, pero ocurren de todas maneras.
Como el agua que se evapora y vuelve al río en forma de lluvia después.
Lo sangriento del sacrificio de las personas en las guerras, que dan todo por una razón, para luego ser recordados por miles de otras personas por su hazaña a lo largo del tiempo.
Nada es bello por excelencia, pero puede llegar a serlo.
Y nada es feo en sí, pero puede convertirse.
Como quien recibe malas actitudes de parte de otros siendo bueno, y más tarde las repite por cuenta propia hacia los demás como acto de venganza.
Como una araña se cansa de inyectar su veneno de tristeza de forma violenta e impulsiva, sólo para que entiendan que no es mala y no les hará daño, sólo quiere escapar.
Como todos a veces queremos, huir de lo malo y seguir por lo bueno.
Querer ser más lindos estéticamente y dejar atrás quienes realmente somos.
Botox, cirugías, limado de huesos, extracción de costillas, liposucciones, dietas estrictas, restricciones de placeres, sustancias, malas praxis.
Realmente qué es eso tan hermoso a lo cual queremos llegar?
Drogas, excesos, adicciones, alcohol, comida chatarra.
Buscamos tan desesperadamente la perfección que en la misma búsqueda, tratamos de evadir el camino hacia ella distorsionando la realidad.
Porque ya no soportamos no llegar nunca.
A paso de tortuga, vamos hacia algo que no existe, ni lo hará.
Porque lo mediocre y común de la frase «la belleza está en tu interior» es directamente proporcional a la certeza de su significado.
Las apariencias son puras ilusiones utópicas, o bien, terroríficas, que solo distorsionan lo verdaderamente importante.
La cápsula de odio mutuo en la cual nos refugiamos parece inquebrantable.
Aunque no lo es.
Aunque no puedas dar vuelta tu globo ocular para ver todos los procesos que se llevan a cabo dentro de tu cuerpo para que estés en ese momento pensando eso, sí pueden ser tomados en cuenta, y valorados.
El cerebro y la mecánica de lo biológico son tan precisos, como ese rompecabezas de mil piezas que encaja invariablemente.
Lo perfecto está en lo espontáneo, como el paisaje que vemos al atardecer. Que no está alterado por nada, más que las miradas de quienes lo aprecian, o de quienes ni siquiera se fijan en él.
Pero sigue estando su belleza permanente, así venga el apocalipsis o simplemente nazca otro día.
Y nunca va a repetirse, es por eso que cada uno de nosotros es diferente. Y debe descubrir su propia tranquilidad, belleza y perfección en la medida en que le haya tocado ser y en el tiempo que tenga para vivir y darse cuenta.
Como un atardecer.

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