Ni en los placeres más intensos de mi alma
Pudiera haber encontrado un amor con tanta calma
Tú, que, en los lamentos de la soledad, apaciguas el llanto de mil tristezas
Y en las noches del insomnio, eres el beso que a mi ser enderezas
Si tan solo fuera real el amor entre ambas almas
O si tan solo yo me olvidara de esta locura amada
No me pidas olvidarte en el comienzo de este amor
Porque si lo hago, abundará en mí el temor
Que los cielos sean testigos de mi llanto
Y que la tierra sea la prueba de mi alegría.
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