Volver
Así de pronto
como las tinieblas cubrieron
de tormento mi alma
la luz de la ilusión volvió a mi espíritu.
El corazón se vuelve a iluminar
sin dejarse llevar por la razón,
que solamente repite
con cuidado, otra vez no.
Atrás quedó la oscuridad
un amanecer distinto
me colmó de esperanzas nuevas,
la claridad será el faro necesario
para seguir el derrotero del destino,
acompañado de quimeras y utopías
que tanto bien le hacen a mi vida.
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