FANTASMAS EN LA PENUMBRA

En la montaña se escuchaba un eco, quizás surgía del pozo de los recuerdos, ahí donde el hombre guarda su piel y su espada, ahí donde los pasos se pierden buscando los tesoros ocultos que abriga el tiempo.

-¿Qué es ese eco?-preguntó el caballero, afirmándose en su caballo y levantando la fusta hacia el horizonte.

-Dicen que son las voces de los antepasados, que pernoctan sin encontrar un rumbo en el camino que el olvido les marcó- señaló su consejero.

-¿Cómo puedo llegar al lugar dónde se originan estas voces? ¿Dónde se ocultan?

– Están dentro de usted-agregó el consejero- Siga el camino de su conciencia y los ecos dormirán quizás para siempre en los laberintos que el destino les tejió, para que vivan en libertad y no tengan que despertar cada vez que la inquietud asoma en la mente de un humano.

El caballero golpeó la fusta sobre el lomo del animal y siguió su camino sin pronunciar palabra en todo su trayecto hacia el castillo. Esa noche las pesadillas le llamaron en medio de la penumbra.