“BELAI”

Hip, Hip… when you´re on a holiday you can´t find the words to say all the things that come to you and i want to feel it too on and island in the sun… (Cuando estás de vacaciones no puedes encontrar las palabras para decir todas las cosas que vienen a ti y quieres sentirlas también en una isla al sol…)

Íbamos viajando, el camino era solitario, el ambiente dentro del Volkswagen era genial. Escuchábamos, “Island In The Sun” de Weezer. Fumábamos hierba y bebíamos ron. Mayerlis prefería tomar vino, se alzaba la botella como si alguien se la quisiera quitar y gritaba, ¡a la mierda mi ex novio y mi prima! Y estallaba en risa. Dos semanas atrás lo había encontrado encima de su prima, encima de su cama y con la mierda encima puso a calentar la plancha y al entrar al cuarto le puso la plancha en las nalgas, (cada vez que lo cuenta, imita los gritos de dolor que hizo su ex novio)

Mayerlis es mi amiga hace dos años y hemos viajado a varias ciudades, hemos vivido muchas aventuras y desventuras y hemos cogido un par de veces, esta noche seguro será la tercera vez.

Perci, juega con el humo y solo repite, on and island in the sun… on and island in the sun. No quiso tomar el volante porque según él se está quedando ciego y se pasa el tiempo tomando y fumando.

Mayerlis se acerca a él y pasa un brazo sobre su cuello y entonan el coro de manera vergonzosa…

Odaly, abre otra bolsa de piqueos y no para de reír al escuchar a los dos de la parte de atrás. Odaly es más cercana a mí, la conozco desde siempre y también es lo más cercano a la realidad de la vida, cara y sello, eternidad y muerte instantánea.

Llevábamos dos horas de viaje cuando las llantas saltaron y una especie de gruñidos, gritos, rugidos y llantos hizo temblar el Volkswagen y perdí el control del volante, pude ver a Odaly quedarse sin reacción al ver algo a través del espejo. Por el retrovisor alcancé a ver como Perci quedaba encima de Mayerlis, para luego girar y girar hasta que ya no pude ver nada más.

Habrían pasado veinte minutos desde que perdí el control del volante. Me repuse y desperté a Odaly palmeándole las mejillas, pero no reaccionaba.

Perci fue el primero en reaccionar, abrió los ojos y dijo, ¡carajo, se jodió todo el ron! ¡Mejor hubiera llevado el volante yo! ¡Pero maldita ceguera!

Mayerlis despertó y se tocaba el cuello, sentía dolor, tomó consciencia de donde estaba y preguntó, ¿qué mierda fue eso? Me miró y volvió a preguntar, ¿Ey Josué, con qué mierda chocaste?

Alcé los hombros en señal de que no sabía…

Odaly, poco a poco empezó a moverse, tosió y al mirarme se echó a llorar y decía, ¡sácame de aquí! ¡Por favor, sácame de aquí!

Perci se acercó al Volkswagen y agarrándose los pelos dijo, ¡mierda, mierda! ¿Con qué carajo chocamos? Me acerqué y solo estaban los aros.

¿Cómo mierda no nos matamos? Dijo Mayerlis que seguía con el dolor de cuello y exprimía el ron y el vino de su blusa.

Odaly, sentada atrás de nosotros temblaba, tosía y lloraba.

Josué, «cálmala» dijo Mayerlis.

Odaly había visto con lo que chocamos, pero no podía decirlo.

En la carretera no había huellas de nada, ni estaban los restos del caucho de los neumáticos. La tarde se asomaba y el camino se hacía más solitario conforme pasaban los minutos. Son terrenos vacíos, no hay nada a la derecha ni a la izquierda, el cielo amarillo y naranja reflejaba el bello rostro de Odaly que ya se estaba tranquilizando.

Algo me decía que no venga a este viaje, «BELAI» ¿Belai? No es un lugar, ni siquiera suena bien, no nos has dicho nada acerca de ese lugar, Josué – dijo Mayerlis.

Este viaje también me apestaba, dijo Perci – miren dónde estamos, en medio de la nada. Este viaje que sería el último y el más largo de todos, ha sido el más corto y el más injusto.

Odaly, me tomó de la mano y me alejó de Perci y Mayerlis…

Josué, vi con lo que chocamos, chocamos con nosotros mismos, nosotros lo provocamos. Estamos solos aquí, al ver por el espejo nos vi a los cuatro en otro auto, venías al volante pero no manejabas, estabas haciendo otras cosas, pensabas en lo que harías después del viaje, yo no miraba al frente, reía de otras cosas y pensaba en lo que hubiera hecho tiempo atrás. Perci y Mayerlis se provocaban heridas y culpaban al ron y al vino. Ninguno de los cuatro estábamos viviendo este viaje, estábamos pensando en otras cosas. Es cierto que la vida tiene dos caras, pero tú eliges que cara ponerte. Y este viaje es la vida, corta, a veces injusta, pero siempre hermosa y debemos arreglárnosla para llegar a nuestro destino… pero no sabemos nada acerca del lugar que dices, ni ha sido nombrado antes, si Belai existe, ¿vendría hacer el cielo o el infierno?

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