Lo que sucede mientras estamos existiendo…

Lo que sucede mientras estamos existiendo…

Yanara

23/05/2020

Hay momentos donde nos sentimos estancados. En frente tenemos mil caminos, pero no sabemos hacia donde caminar o en qué pensar. Tenemos muchas dudas existenciales con respecto a varias cosas. Ya no sabemos qué hacemos bien o mal, pareciera que sólo estamos existiendo.Cuando no sabemos qué problema nos afecta, es peor que cuando estamos al tanto de lo que nos pasa, porque en estos casos el único problema que tendríamos es averiguar cómo proceder.

En ocasiones tenemos miedo de no adaptarnos jamás al ritmo de vida que supuestamente deberíamos llevar. No tenemos en claro si seriamos felices teniendo un título universitario, o queriendo alcanzar la perfección en todo lo que nos propongamos, o siempre controlando cosas que no están en nuestro poder. Nos sentimos abrumados por nosotros mismos porque sentimos que se nos está yendo todo de las manos y no encontramos la solución.

Somos de tener graves problemas con el pasado, nos agarran ataques de nostalgia en los cuáles nos debilita el no poder volver a los lugares en donde fuimos tan felices alguna vez. No se trata de que hoy no estamos felices, pero nos angustia el haber sido más felices en algún otro lugar, para luego comprender que sólo va a existir en nuestro recuerdo. Me niego a pensar que sólo nacemos, vivimos y morimos. Prefiero creer que tenemos un propósito más allá de todo, aunque pareciera que nunca podemos descubrir cuál es nuestro propósito.

Yo siempre fui una persona que se aburría rápido de las cosas. Siempre encaminé mil proyectos, se los contaba a todos los que me rodeaban, pero nunca terminaba concretando ninguno y otros ni siquiera los empezaba. Me sentía como una suerte de “fracaso” que respira, alguien a quien le faltaba perseverancia e impulso. En mi opinión, asumí que convivía con dos partes de mí, una parte proyectaba e innovaba todo el tiempo, pero la otra frustraba cualquier plan que me propusiese. Era una voz que me decía que no iba a poder o que no tenía sentido, que no servía de nada. Sólo bastaban mínimas cuotas de negatividad para terminar de auto-boicotearme y terminar haciendo “nada”.

La debilidad siempre fue algo que me disgustaba mucho y detestaba que alguien pudiese verme débil, me generaba rechazo que alguien me tuviese compasión. Con el paso del tiempo fui aprendiendo a no confiar, a distanciarme, a querer siempre estar delante de los demás. Alejé de mi a gente que valía la pena por mis inseguridades, pero a los que realmente merecían esa distancia, les di una oportunidad. Todos alguna vez convertimos a la negación es nuestro gran aliado.

Antes no le permitía a la gente que me aconsejara porque ‘’creía’’ que iban a decirme lo mismo que pensaba, y me ahorraba eso. Me había convertido en un ser distante y arrogante por donde se me mire.

No siempre se trata de que no merezcamos lo malo que nos pasa, pero cuando nos convertimos en seres inconformistas y perfeccionistas, nada nos llena, siempre buscamos más.

Creo que todos coincidimos en que sólo queremos tener un objetivo y cumplirlo algún día, queremos no sentirnos tan solos, aunque los únicos que se alejan de los otros, seamos nosotros mismos. Sólo queremos dejar de ser tan solitarios y permitirle a la gente entrar, aunque si entran no quisiéramos depender de ellos.

Siempre termino cayendo en la cuenta de que las personas que realmente nos dificultamos el camino somos sólo nosotros. De verdad deseo que todos resurjamos de las cenizas como el ave fénix y pese a que todo pueda convertirse en una pesadilla, nunca dejemos de soñar.

La vida en realidad es sencilla, siempre se trata de elegir «si y no» en cada cuestión. Quienes la dificultamos somos nosotros mismos con esa incertidumbre del futuro y el dolor que el pasado nos dejó. Es importante dejar de victimizarnos por las cosas que nos suceden o que no se encuentran en nuestro poder porque ese tiempo que perdemos en quejarnos o victimizarnos, es el mismo que transcurre mientras solamente nos limitamos a existir. Hay que tomar las riendas de nuestro camino y comprender que sólo nosotros tenemos el poder de seguir adelante o estancarnos para siempre. Cuando lleguemos al final del camino sólo nos quedará descansar, pero ahora nos toca vivir. 

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS