Que buena que es en ocasiones, la gente huyendo. En la vida siempre hay algún misterio para revelar, estoy pensando realmente que si, es así. Que hay desprendimientos que dejan una gran mancha cruel y algunos arrebatos. También que crecen las montañas y eso llega a molestarnos, aveces parecemos flan con leche.
La vida puede estar muy iluminada, otras tantas ser injusta, hay muchas cosas que se suelen repetir y que después se multiplican, pero hay que seguir navegando, muchas veces las sentimos y otras tantas las ignoramos. Quizás ustedes también lo piensan, a las plantas hay que regarlas con paciencia para que una flor nazca de ellas. Nada de ¡Huy!, ¡Huy!, ¡Huy!, tampoco hay que pasarse de agua. Los revoques en una construcción también cuentan. Debemos haber sido muchos los que alguna vez nos encontramos con un ladrillo que no encaja. El calor esta ausente. Estaba desplomado desde el principio, no sé si lo hacía apropósito, el tenía algo que me gustaba, su humor atractivo, me generaba sonrisas leves, creo que lo tenía planeado. Se me tentaban las ideas. En el fondo algo muere de frio, cuantos garabatos que caen. Realmente de vez en cuando lamento ser bohemia, porque escribo, canto y sueño sin parar. No conozco de fronteras.
Ahora voy a decir algo que todos sabemos, no hay ninguna sorpresa, agobios ni presiones, lo quise disimular pero evolucione. Hay gestos que estremecen que no duran para siempre y gestos trasparentes que pasean por almas desnudas. No creo que alguien se haya animado a decir lo contrario. Había que montarlo todo, llenar huecos. Mis huesos Gritan, me fui despertando, no encuentro razones para que la gente tenga que esconderse al amanecer. Las experiencias enseñan sobre la gran importancia de los aprendizajes. El perfume del olvido me fue despertando de sentir las ausencias, la falta de algunos ladrillos. De tanto querer los sueños me sirvieron de abrigo. ¡Qué nerviosismo!, no sé si me explico, ¡Que nadie diga una palabra!. Los aromas entran, ahora estallo en carcajadas.
Sobresaliente me desperté un día, con un mensaje para el mundo. ¿Saben que?, hay muchas razones para repasar archivos, ingredientes esenciales, problemas técnicos. Hace algún tiempo atrás, hubo una circunstancia que valió la experiencia. En un momento me pesaban los días, afuera las cosas andaban, pero luego empece a levantar las manos, fue entonces que las sonrisas y juegos amenizaron mis mañanas. Los tiempos han cambiado, pero me quedan en la piel ganas de cambiar muchas y ocultar pocas cosas. Decisiones rápidas, antes en él se encontraban un surtido de frutas con pedazos de cebollas. En un momento los aromas quisieron hacer obediencia a un llamado celestial. Luego sin intentar darle muchas vueltas al asunto, se acercaba y me miraba una vez más, solo una. He calculado varias veces escribir cartas, estoy tan impaciente y salvaje como siempre, parezco una selva, soy invencible y me gusta que la gente brille. Espero irme encontrando por la vida más personas fuertes a pesar de las circunstancias y problemas, que mis manos conserven la energía para las letras. Tengo que admitir que gane mucha confianza, estoy indomable, no hay mucho que ocultar. Es que ya lo dije, soy un libro de poemas con garras. Es terrible muchas veces como se hacen las cosas, me gusta ver en los caminos personas aleteando alas de mariposas. Personalmente me gustaría trasladarles emociones que pienso en las noches, como si fueran un verso precioso volando en el aire. El tiempo corre vaya a saber para donde, tengo canciones convertidas en recuerdos, todos caminamos juntos en distintos rumbos, pero al promediar el día intento homenajear caras, ver a los ojos de los demás con ternura. No he conseguido nunca ocultar mi serenidad.
Ahora afirmo, es verdad, durante todo el tiempo la gente cambia, tengo curiosidad y no pienso cerrar el pico ¿En qué pensabas?…
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