La humanidad es una “metida de pata” de Dios.
Claro, muy claro. Fue un error! Un “Grand Error”. Uno de esos que hasta parecen cometidos adrede, o con saña voraz, y sin culpa.
Si justo en este momento estoy mirando a dos nada simples personas delante mío. Un hombre sombrío de barba tupida entrado en edad con gafas de sol, y el otro: un joven risueño, de unos 20 años, sosteniendo un skate magullado.
Los dos, con la monótona danza del vaivén suburbano, fijan la absoluta mirada en el ómnibus que se acerca con frenos bulliciosos. El 48. El que viene de Plaza Italia, baja por Las Heras, bordeando el Hospital Rivadavia y luego se pierde en Pueyrredón hacia el sur. Al detenerse veo al joven dar dos pazos escénicos y pasar por delante del hombre de barba para escalar a toda velocidad los cuatro barrosos peldaños hasta perderse impune entre los demás pasajeros, algunos parados y hastiados, otros sentados y hastiados.
El ómnibus cruje de nuevo, suena su corte de huesos hidráulicos y cerraduras secas, y muy certeramente cierra la puerta y avanza. El hombre de barba, más sombrío que nunca, alcanza a levantar su mano izquierda batiéndola de un lado a otro y a emitir un grito piadoso seguido, con inmediatez divina, de maldiciones obscenas dirigidas como un rayo hacia el conductor, su madre, su tía, y hacia la insulsa vida toda, justo antes de poder desplegar el puto bastón blanco e iniciar la misma caminata a casa con más maldiciones más obscenas todavía.
Y si: ! Fue un error!
OPINIONES Y COMENTARIOS