Jamás me sentí tan liviano y fuerte a la vez, esas brisas, el mar, tanto por ver y conocer… Ansiedad recorre mi cuerpo, el éxtasis de lo desconocido, lo insaciable de mi Alma abriéndose y gritándo que siga y siga …
Cada paisaje se impregna en mis retinas, uno no sabe que hay más que una isla en este cosmos de dinamismos irrepetibles, y ahora entiendo que no soy más que este latir efímero en el aire, y que jamás podré regresar a donde estuve. Todo cambia y nada es para siempre.
Miro desde lejos lo que antes me ataba a la tierra, lo que me atrapaba, lo que me frenaba, eso que me «definía».
Y subo alto muy alto, cada vez más lejos de todo y de mi, o de lo que antes me determinaba y conocía
Ya estoy cerca de lo que una vez mi padre me aconsejó alejarme, rebeldía y nadar contracorriente como bandera, pero hoy no nadó; vuelo y me elevó lejos de todo en esta vida, en esta muerte.
Ya siento el calor después de tanto frío, solo estoy aquí, silbando viejas melodías, riendo y llorando por nuevas sensaciones que brotan y empiezan a carcomerme, siento el fuego y pierdo el vuelo.
Me sumerjo en lo que algunos llamarían dolor, pero hoy entiendo que estoy más allá del miedo, el amor, este cuerpo.
Tal vez soy solo eso, un latir, un recuerdo, una historia, un mito…
OPINIONES Y COMENTARIOS