Creo que a los seres humanos nos gusta el «tiempo» porque creemos que podemos controlarlo. Lo desglosamos en horas, minutos y segundos. Organizamos una «agenda» con el tiempo que tenemos y el que necesitamos en el futuro pero en realidad el «tiempo» realmente no existe, es una mera construcción nuestra para poder creer que tenemos algún tipo de control sobre el mismo.
Habitamos en un mundo lleno de «otros» y situaciones diversas que podrían definirnos cuánto tiempo nos queda pero en realidad nunca sabemos exactamente cuántos minutos tenemos a nuestro favor.
Generalmente hablamos de pérdida o ganancia de tiempo, pero ¿Cómo perdemos o ganamos algo que en realidad no existe?
Lo único que existe es el hoy. Por más que queramos volvernos locos planeando nuestra vida entera o tratemos de optimizar nuestros tiempos para que cada cosa pueda suceder tal cual lo dice «nuestra agenda» hay, al menos, 99.9% de posibilidades de que no tengamos el control de los acontecimientos del futuro.
Vivimos apurados para hacer todo lo que tenemos planeado en el día a día, pero la mayoría de veces nos olvidamos de disfrutar y vivir el momento, de aprovechar a cada instante lo bueno y lo malo que nos pasa. Creemos constantemente que «se nos va el tiempo» pero si comprendemos que en realidad no tenemos ni más ni menos tiempo, sólo tenemos instantes. Es clave que podamos vivir los momentos como únicos e irrepetibles, e incluso, los vivamos de la forma más intensa que podamos. De qué sirve pensar en mañana o pasado, o tal vez en ayer, si sólo podemos decidir sobre el presente…
Si supuestamente la definición de «tiempo» dice que es el tiempo determinado durante el cual transcurre un acontecimiento, podríamos decir entonces que sólo se convierte en tiempo real el mero instante que estamos transitando, entonces, no existen horas, ni minutos, ni segundos.
Lamentablemente para la vida terrenal es necesario que nos rijamos de tiempos porque es lo que está impuesto por la sociedad, para entrega de trabajos u horarios que cumplir, pero si hacemos el ejercicio de aprovechar nuestros instantes presentes, si dejamos de preocuparnos tanto por el pasado que ya transcurrió y de tener tantos dolores de cabeza por futuros inciertos que sólo existen en nuestra imaginación… Entonces y sólo entonces podremos aprovechar y optimizar realmente nuestro «tiempo» que es simplemente este instante.
Les deseo vivir de una forma más relajada y más en armonía con ustedes mismos. Sé que siempre vamos a preocuparnos por un millón de cosas porque nos encanta tener el control y nos asusta eso que es incierto, pero les puedo asegurar que cuando frenamos y nos damos cuenta de todo lo que tenemos, de todo lo que logramos y de que este instante es lo único que tenemos, vamos a estar aprovechando por completo nuestra existencia.
OPINIONES Y COMENTARIOS