Mi amigo, RICKY

Mi amigo, RICKY

GESY

14/05/2020

Estaba muy triste, me habían atropellado a un perrito que hacía dos años me acompañaba, era muy pequeñito,tipo pekinés de color chocolate es por eso que le pusimos» CHochi», lo habíamos llevado de vacaciones y a todos les encantaba, era muy obedientey simpático. Lo llamaba, cuando se acercaba le decía:_Chochi, te quiero_ y el se enloquecía, corría hacia mí y saltaba. me quería dar besos, era casi una persona.

No quería saber nada de otro perro, llegaba a llorar cuando me acordaba.

Esa mañana  a las siete golpean la puerta, era una mañana de invierno aquì, en General Roca (Rio Negro), las temperaturas suelen ser de por lo menos 7ºbajo cero.De mala manera y frotándome los ojos fí a abrir.

En la puerta apareció la figura de Verónica (mi sobrina)había llegado en el tren de Buenos Aires.Después de un afectuoso saludo y al cerrar la puerta me dice:_¡No cierres tía, no vengo sola, vengo acompañada! a lo que contesté:_Yo no ví a nadie!_¿Dónde está tu acompañante?-Ella respondió: _¡Se llama Ricardo, está ahí afuera!¡Se va a congelar sino le abrís!.

Abrí nuevamente la puerta y miré a ambos lados sin ver a nadie y le dije:_¡Pero si no hay nadie!.

Ella salió y me trajo una caja de zapatos de afuera la puso sobre la mesa  y dijo:_ Tía te presento a Ricardo! Miré atónita dentro de la caja y ví asomar unos pequeños ojos, era un perrito del tamaño de un zapato, feucho y tembloroso, lo alzó y exclamé: ¡Y ESTO!. Ella sonrió y respondió: ¡Es Ricardo, tiene 15 días y te lo traigo de regalo para vos!¡Es de raza chiguagua!.

Mi primer impresión fué de rechazo, aún extrañaba a mi Chochi. pero lo ví tan  pequeño e indefenso que no pude negarle mi amparo.

Enseguida busqué  unos trapitos de lana y un poco de leche caliente.Todo el mundo tenía algo que decir de él, era pequeño con unos grandes ojos saltones y negros, sus orejas bien paradas, chiquito de color blanco con manchas negras.Pero toreaba todo lo que desconocía.Solía ponerlo en mi bolsillo y así llevarlo a hacer los mandados. Cuando comía se le hinchaba la panza parecía una pelota.

Pasaban los meses y era cada vez más cariñoso, pero crecía muy poco.

Los chicos del vecindario se la pasaban llamándolo para jugar.

Era realmente simpático ver como algo tan pequeño podía hacerse el malo, toreaba y se ponía a la par de los grandes.Lo mirabamos y decíamos:_¡  Si ése abre la boca se lo come entero!_ pero él parecía no darse cuenta.

En lugar de Ricardo le decíamos Ricky.Se fue convirtiendo en parte de nuestra familia, que hasta el momento estaba compuesta por mi marido, mi sobrina Verónica y yo.Para él su preferida era yo. si me sentía enferma y no me levantaba de la cama, él se echaba a los pies y no se movía hasta que no me veía en movimiento  para levantarse.

Si yo salía al patio él salía detrás, me  seguía a regar las plantas, al almacén, a la casa de las vecinas, a todos lados.

Si sentía arrancar la camioneta, estaba en marcha, estaba primero para subir y salir a pasear.Algo creció , pero seguía siendo pequeño, lo suficiente para llamar la atención , sobre todo cuando se decidía a ladrar.Si yo viajaba a Buenos Aires y él se quedaba en casa, lloraba todo los días hasta mi regreso.Ni los cariños de mi marido, ni los de mi sobrina lo conformaban.Quizás la vida lo decidió así y yo quedé embarazada, después de 16 años que tenía mi hijo menor;  quien vivía en Buenos Aires.

Mucha parte de ése embarazo debí permanecer en la cama y el fué el compañerode muchos días de soledad, se lo pasaba echado en los pies de mi cama.

Todos estabamos preocupados porque lo veíamos muy inquieto ante los preparativos para preparar la pieza del bebé, mi marido solía decirme:_Vas a ver el Ricky. se va a poner celoso con el bebé!, los vecinos me decían_¡Vas a tener cuidado con el Ricky. porque puede morder al bebé!, yo les respondía_ ¡Vamos a ver! ¡A lo mejor no! . en soledad esa era mi esperanza., aunque tençia mis serias dudas porque hasta el momento, todos los mimos eran para él, tenía un lugar en la casa, en la camioneta y en todo lugar el formaba parte.

El bebé nació, era una nena, y como nació por cesárea  y con algunos problemas respiratorios debimos estar unos días internadas.

Cuando volvimos a casa, estaba muy inquieto, saltaba,ladraba, se lo veía muy contento, aunque estaba muy ansioso por saber que traía yo en las manos, bajé un poco a la niña y dejé que  oliera su pañoleta, eso pareció calmarlo, aunque siguió contento nuestros movimientos.

Cuando la depositamos en el moisés, él tomó una nueva posición se echó debajo, y allí se quedó, dispuesto a proteger a la nueva integrante de la casa.

Bastaba que la niña llorara para que comenzara a moverse , a ir y a venir a donde estabamos nosotros como queríendonos avisar.

Si algún desconocido quería acercarse , se paraba y comenzaba a rezongar.

Fueron creciendo juntos, cuando comenzó a gatear le gustaba tirarle de la cola, en la sillita de copmer comía la mitad y el resto se lo daba a él., que siempre estaba echado debajo. A veces ella se sentaba en el piso y comenzaba a correr alrededor , lo que hacía que ella riera a carcajadas.

Cuando comenzó a caminar , fué su compañero , donde él estaba . seguro estaba ella.Ella lo corría  y él disparaba , hasta se dejaba  agarrar para divertirse.

Siempre salía con nosotros apasear o hacer las compras en la camioneta, se quedaba tranquilamente durmiendo en el asiento de la camioneta.

Muchos  veces durante los ocho años que vivió con nosotros viajó a muchísimos lados Mar del Plata,Necochea, González Cháves, Coroonel Suarez, Bahía Blanca,Cipòlleti, Neuquén, etc.

Nos mudamos a Quequén, aquí conoció el mar,le encantaba la playa y corretear por la arena, jugar con los cangrejos y sambullirse cuando lo echabamos al agua.

Bastaba que yo tomara el canasto con el mate, para que él comenzara a mover la cola contento y disponerse a salir.

Fue nuestro compañero hasta que un día al cruzar la calle  un coche lo atropelló y luego de una corta agonía nos 

abandonó dejando  tras de sí una gran tristeza.

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