Cada noche que el insomnio asomaba en la casa, mamá solía contarnos a mis hermanas y a mí la misma historia
La del conejo blanco que vivía en la Luna
Brincando y cantando feliz, haciendo agujeros por todos lados, y comiendo las zanahorias que había guardado en su mochila antes de partir de la tierra
Mis hermanas parecían tan devotas de la historia que cuando caminábamos de noche por la calle miraban hacia la Luna esperando que cayeran los residuos de las zanahorias a medio comer o que el pequeño conejo responda las cartas que le enviaron el día de navidad, junto con las de Papá Noel
Yo como el agua fiestas que soy, nunca creí que un conejo pudiera vivir en el espacio, ¿Como hizo para pilotear su nave espacial? ¿Para leer las instrucciones?, ¿No se le acaban las zanahorias? Le preguntaba a mi mamá
Ella con su eterna mirada de ternura me decía:
Use su imaginación mi pequeño curioso
Pero mi imaginación sólo me revelaba más preguntas
Hace algunas noches volvió a mí el viejo insomnio que sólo se asoma en noches de
preocupación. Y pude conciliar el sueño como a las cuatro de la mañana
No sé si fue por el insomnio o porque hace unos días fui a dejarle flores a mamá en el cementerio, pero soñé que era yo el conejo que vivía en la Luna
Había huido de la tierra pues estaba llena de oscuridad y escombros, y era el único
sobreviviente de un terrible desastre que yo mismo provoque
Había escapado con mucho miedo en una nave espacial que fue programada días atrás por unos astronautas que no soportaron los daños
Al parecer la nave se dirigía hacia otros rumbos, pero el combustible se acabó a mitad del camino y me estrelle sobre la Luna
Cuando caí sobre ella, estaba adolorida por el impacto y daba vueltas para que yo caiga de su espalda, pero con mis conocidas habilidades para saltar me las ingenie para no caer
Pasamos días sin hablarnos, ni siquiera nos mirábamos, y cuando por fin abrió la boca sus palabras fueron: Lárgate, no quiero que me mates como hiciste con la tierra
Yo entre lágrimas sólo atine a cantar para no escuchar sus gritos pidiéndome que me vaya, y saltaba de cuando en cuando para no caerme
Un día dejo de gritar, y yo dejé de cantar
Ella me pidió que por favor no me calle, que le gustaban mis canciones, así que cante todas las que tenía en mi repertorio musical con tal de estar a salvo
Para esconderme del frio, ella me permitió cavar sobre sus alrededores y hacerme una guarida
Un día escarbe tan profundo que llegue a un lugar cálido y reconfortante,
Era su corazón
Pasaron los días, semanas, incluso meses y cada vez nos sentíamos mejor en compañía el uno del otro
No hacía falta que yo hablé muy fuerte porque sólo susurrándole al corazón ella escuchaba todos mis pensamientos
Una noche ella despertó y se dio cuenta que tenía hoyos por muchas partes de su cuerpo
Yo sin darme cuenta había cavado tantos agujeros que la puse en riesgo de romperse y morir
Al principio pensó que lo había hecho a propósito y que la quería destruir
Pero luego se dio cuenta que lo único que quería era encontrar diferentes caminos para llegar a su corazón
Ella con mucho dolor me pidió que me vaya, hasta que los agujeros que cave se volvieran a rellenar, con el riesgo de que cuando regrese ya no encuentre caminos para entrar en su corazón
Yo entendí su decisión y salte de su espalda al espacio
Nunca nos despedimos, y sólo veía como se alejaba de mi vista confundiéndose poco a poco con las estrellas
En ese momento el despertador hizo su trabajo y yo abrí mis ojos humedecidos por las lágrimas, me senté en la cama y me quedé viendo la pared por un largo rato
Es así como termine llegando hasta aquí en tu lápida mamá
Vengo a decirte que era verdad
Hay un conejo ahí arriba
Esperando contar como volvió del espacio
Para vivir de nuevo en el corazón de la Luna
¿Quieres oír la historia?…
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