Arquitecto.
Cual arquitecto apasionado, en calma y paciencia, usando planos y bocetos grabados en mi memoria, orientándolos a la perfección, trazo cada línea, cada sombra, cada detalle y reflejo. Te construyo al ritmo del aire que llena mis pulmones, poco a poco, ladrillo a ladrillo, alineando centímetros hasta contemplarte completa como te recuerdo en el infinito espacio de mi mente. Al mismo tiempo resano mis grietas y reparo mis cimientos, me reconstruyo con lo que me sobra. Ahí puedo contemplarte sin miedo, sin culpas, con exceso y en silencio, sin el agobiante martilleo de las manecillas del mundo en mi oído, ahí cierro la puerta y te abrazo hasta despertar y comenzar de nuevo.
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