Van der Decken
Martes 4 de julio, 2017
“Yucatán tiene rumbo” fueron las palabras del gobernador Rolando Zapata Bello el pasado sábado en la asamblea Estatal del PRI. El 2018 está a la vuelta de la esquina, un año que impactará políticamente al Estado de Yucatán y a todo el Estado Mexicano, unas elecciones en las que se disputaran diputaciones locales, federales, alcaldías, gobernaturas y la presidencia de la república.
Aterrizando a nuestro Estado, muchos nombres suenan para las diversas candidaturas, pero la más deseada por los políticos locales es la gubernatura de la tierra del faisán y el venado. Entre los diversos nombres para dicha candidatura por parte del Partido Revolucionario Institucional los más asediados son: Jorge Carlos Ramírez Marín, Víctor Caballero Duran, Pablo Gamboa Miner, Roberto Rodríguez Asaff y por último y no menos importante Mauricio Sahuí Rivero.
¿Podrá el PRI mantener el rumbo de Yucatán? Recordemos las elecciones del año 2001, cuando Patricio Patrón derroto en las urnas a Orlando Paredes Lara. La administración de Víctor Cervera se destacó principalmente por su carisma y cercanía del primer priísta de ese entonces con su pueblo, no obstante esta popularidad (el cerverismo estaba expandido como una epidemia en el Estado) le valió a don Víctor para tener la certeza de que al candidato que pusiera al frente ganaría las elecciones y podría entonces el partido tricolor mantenerse con el máximo poder público del Estado.
Poniendo como ejemplo lo acontecido en el 2001, el temor que ha sacudido a muchos priístas (Dirigentes, cuadros, líderes y militantes) es que el primer priísta del Estado, confiando en su trabajo como gobernador (El mejor gobernador evaluado del Estado Mexicano) le valga para “Ungir” a alguno de los posibles candidatos y que al final tome una mala decisión lo cual le costaría la gubernatura del Estado al partido.
¿Quién tendrá el carisma suficiente para hacerle frente a un Mauricio Vila que a pesar de las críticas se muestra mejor posicionado en las encuestas? No pretendo parecer poco analista al referirme solo al carisma, pero seamos realistas y al final quien decidirá es el pueblo y un personaje con poco agrado a la ciudadanía, el buen trabajo del gobernador no será suficiente para que el PRI “mantenga el rumbo de Yucatán”. Por un lado tenemos al actual secretario de Educación del Estado: Víctor Caballero, nombre que se ha mostrado muy fuerte por ser de la línea del gobernador y quizá por su reciente trabajo en dicha secretaria. Pero el pueblo no olvida y su imagen se encuentra un tanto manchada por aquel escándalo de crecicuentas y mucho se habla de su tan escasa carisma y agrado con la militancia. Tenemos al diputado federal Jorge Ramírez a quien su reciente trabajo en el Estado de México lo proyecto con más fuerza para ser el posible candidato, aunque los yucatecos tienen claro que su trabajo del “gordo Marín” ha sido fuera del Estado, pues aunque su estructura se empeña en su programa “se trata de ti” su ausencia en el Estado es evidente. Pablo Gamboa una joven promesa, cuenta con el don de gentes como para ganar en las urnas, pero su corta carrera política no le es suficiente como para posicionarse por encima de quienes han venido trabajando y preparándose para el 2018; aunque su señor padre tiene el poder para empujarlo hasta la cumbre. Mucho se ha rumorado de la posible sorpresa que podría dar el poderoso secretario de gobierno Roberto Rodríguez Asaff quien aparentemente ha mantenido un perfil bajo en cuanto a su aspiración por la gubernatura del Estado, pero su programa “Escudo Yucatán” que tan feliz ha tenido al gobernador y su trabajo en redes sociales lo ha posicionado como un posible candidato. Por último, está el secretario de desarrollo social Mauricio Sahuí, quien tiene la trayectoria política hecha como para ser el gobernador constitucional de Yucatán, además del carisma y don de gentes, así como su labor al frente de SEDESOL lo han acercado con la militancia del interior del Estado, pero mucho se habla de que su posibilidad de ir para la gubernatura se vea coartada por el hecho de ser emanado del decadente Ivonismo.
Será una contienda difícil la que se vivirá en el interior del Partido Revolucionario Institucional, sin duda alguna se espera (los priístas) que quien salga electo sea la mejor opción para que el PRI mantenga el rumbo del Estado Yucateco y no sea alguien que por una deuda o por el simple compadrazgo con algún o algunos funcionarios, resulte electo y se repita la sorpresa del 2001 cuando Patron Laviada gano inesperadamente al ungido de don Víctor.
Mérida, yucatán
estadista.vanderdecken@gmail.com
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