Musica, Muerte y Verso

Sentado a la sombra de un olivo, convertia cada palabra en verso. Todo lo transformaba en musica, cada palabra escrita, cada rima, para aquellos oidos sordos sedientos de comida.

Pan, padecian hambre, sufrian necesidad, y el con sus versos los iba alimentando.

Animaba sus queda, su pobreza y necesidad. Sentado a la sombra, a la sombra de aquel olivo, olivo verde, con frutos sanos, aceite virgen, tronco fuerte. Alli se inspiraba.

Volaban sus palabras ritmicas, vagaban de sus labios, volaban hacia el papel en blanco.

Su tinta brotaba con sabiduria, viva, cliente hacia el papel virgen. Llenando cada parrafo, cada esquina, cada espacio de versos nuevos, versos virgenes como aquel olivo.

Versos de su compañero de batalla, de su hermana enferma, del aire que respiraba.

La sombra fue testigo, juez fue el olivo, y la cuerda se convirtio en verdugo.

Cayo enfermo, enfermo de tanto escribir, de tanto pensar, de tanto recordar, de tanto amar.

Enferma estoy yo, de no tenerlo, de no disfrutar de sus versos limpios.

No me espero. No me hablo de su rima, de su lucha interior, de su dolor.

Tan solo se fue, dejando recuerdos de una vida que no compartio.

Llegue tarde, tarde para escucharle, tarde para quererle, tarde, siempre tarde.

Verso, era verso vivo, que llegaba como aire fresco.

Su angustia, quizas le apretaba mas, que aquella cuerda en aquel olivo.

Angustia es lo que siento yo en estos momentos. Ahora me asfixia a mi. Siento odio, y necesito vengarme.

Apagare esa sombra, arrancare ese olivo. Quemare esa cuerda, hare justicia en tu honor.

Justicia, hare justicia ante aquellos versos bellos.

Sentada estoy yo, contemplando la sombra, a la cuerda y al olivo, preguntandome :

¿ En que te inspiraste, para convertir tu muerte en verso?


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