Psicodélicos y salud mental.
Las drogas son un elevador que nos permiten subir a lugares que en el plano de la realidad no podemos subir.
El mundo exterior cree que los mortales que usan psicodélicos son personas malas, incluso siembran terror, creen que las personas que consumen alguna sustancia son peligrosas y hacen daño al mundo, y creen que estas sustancias que alteran nuestro sistema son “malas”
Sin saber que no existen psicodélicos buenos ni los psicodélicos malos, los psicodélicos solamente están en mundo, solamente existen, y no se califican por buenos o malos, son las circunstancias las que los hacen creer que son buenos o malos.
En el ámbito de las conductas adictivas, sobre todo desde las adicciones, ha sido una constante considerar la percepción de riesgo como una variable capital en la iniciación y el mantenimiento del consumo de drogas.
Las personas catalogan como una droga “Mala” cuando tienen en su mente una percepción de riesgo muy alta, puesto que si llegan a probar algún psicodélico con la mente llena de riesgos o miedo, van a pasar un momento muy horrible, comenzarán a tener un viaje tétrico y sentirán morir, y para está persona será la peor droga del universo.
Sin embargo otra persona puede consumir la misma droga pero con una “percepción de riesgo muy baja” y lo va a disfrutar, va a subirse a ese elevador relajado, sin riesgos ni miedos donde este elevador siempre lo lleva a una gran fiesta que solo puede asistir cuando están bajo el efecto de este psicodélico, comenzará a ver literalmente el mundo muy diverso, y a cuestionarse cosas, a abrir las puertas del subconsciente, y preguntarse muchas cosas. ¿A ustedes les da miedo la gente que piensa? ¿No verdad? Entonces porque creemos que las personas que consumen psicodélicos son malas, o que están dañadas de su salud mental.
Si nos damos cuenta a lo largo de nuestra vida todos buscamos ser felices, porque la felicidad es momentaria buscamos cosas que nos hagan sentir bien, algunas personas eligen la música, otras el arte, otras personas la danza, los animales, la naturaleza, pintar, escribir, nadar, viajar, cantar, y solo somos felices cuando hacemos esas cosas, pero hay personas que eligen ser felices un momento probando psicodélicos, y no quiere decir que la persona que toque el piano sea más saludable mentalmente que la persona que consume psicodélicos, puesto que la persona que toca piano y la persona que acaba de drogarse están sintiendo exactamente la misma felicidad. Es igual
Debemos entender que todo el mundo hace cosas diferentes y no juzgar es nuestra labor.
Recordemos que el rico no es adicto al dinero porque el dinero es un papel, el rico es adicto a lo que puede comprarse y tener con el dinero.
Igual la comunidad psicodélica, no son adictos a los psicodélicos como tal, porque a veces ni siquiera saben bien, ellos son adictos a la felicidad y paz que sienten cuando están bajo el efecto de la sustancia.
¡No discriminen, nadie en pleno auge de felicidad hace daño!
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