Deflexión de la luz(borrador)

Deflexión de la luz(borrador)

Diego C. Tenorio

25/06/2017


El cielo se veía gris en uno de los distritos del país. La causa, los cañones de vapor que se usaban para que el smog de la ciudad cayera en forma de lluvia ácida eran viejos, un político ignorante una vez más había malgastado el dinero que se destinaba a esto. Vermil oía como una mujer y su acompañante se quejaban por este hecho, pero como siempre nadie podía hacer nada. A Vermil jamás le había interesado nada que no le afectara, según su forma de pensar, típico de cualquier joven que aún no ha sabido de alguna responsabilidad, solo que ahora en este momento él se encontraba de mal humor porque abandonaría su zona confort.

-Disfruta tu último día de güeva-dijo su compañero de inteligencia, que lo asistía con drones en sus viajes como mensajero. Aunque era el último día que Vermil sería menor de edad, el trabajo que él hacía no era tan fácil, para llegar ahí se debía trabajar duro desde niño. Además era un privilegio que pocos en esa época se les daba, es como Vermil veía su situación.

Por ahora Vermil se encontraba comiendo en mercado con locales fijos, disfrutaba de la comida callejera, y con su sueldo era un gusto que se daba de vez en cuando.

-Te iba llevar un poco, pero como sigues de burlón, no lo hare.-dijo Vermil a su compañero que trabajaba con el remotamente frente a ordenadores y pantallas-de todos modos no me gusta “la pancita”- entonces su compañero solo respondió seguido de una carcajada que podía oírse en el audífono que usaba Vermil en su oreja izquierda, el sonido que emitía dicho aparato podía oírlo cualquiera que estuviera cerca de él.

El tiempo transcurrió hasta que algo anormal pasó en el estacionamiento del mercado, una camioneta negra acompañada de unos motociclistas arribó al lugar. Eso llamo la atención del compañero de Vermil, quien los vio desde que llegaron con uno de los de robots voladores que usaban para vigilar el entorno de la ciudad. El cielo infestado de drones ayudaba a vigilar discretamente a la gente. Era común ver estos dispositivos en el aire debido a que la vigilancia pública los utilizaba, incluso los civiles, el tiempo los hizo indispensables en la infraestructura de cada ciudad donde hubiera una red. El compañero de Vermil era hábil usando varios al mismo tiempo, así que hizo un acercamiento de cuadro a esa gente que a simple vista llamaba la atención. Entonces, logro ver detalladamente que dichos hombres eran peligrosos, portaban armas automáticas en sus manos.

-Escúchame bien, Vermil-dijo su compañero procurando no exaltarlo por lo que había visto-¿y ahora qué?-Vermil dejo de sopear su plato-hay unos tipos en el estacionamiento que viene armados, tal vez “narcos”-sin demora le informo su compañero a Vermil. Inmediatamente Vermil pago su comida con su tarjeta de créditos y la pasó por la terminal que se encontraba en la barra del puesto de comida, seguido de eso se puso un pasamontañas que siempre cargaba para no ser identificado en caso de un incidente.-¿Qué mierda querrán en un mercado, José?

-No sé, pero a simple vista quieren problemas-José transmitió la imagen directo al móvil que Vermil portaba en la parte externa de su antebrazo para que pudiera verlos-será mejor que me vaya de aquí antes de que empiecen su desmadre- Vermil se puso la capucha de su sudadera encima del pasamontañas. Mientras, los pistoleros caminaban entre la muchedumbre del mercado abriéndose paso a empujones, al instante la gente comenzó a perturbarse al darse cuenta que portaban armas, el desorden era conveniente para salir del lugar sin llamar la atención-¿Qué buscaran?-susurro Vermil a José en la línea-vas tener que salir de ahí antes de que llegue la policía, espero y no sean cazadores-José estaba al tanto de que era probable que buscaran un paquete, raro en narcotraficantes.

Vermil era mensajero de una compañía de seguridad privada. Hace doscientos cincuenta años, aproximadamente, la infraestructura informática del mundo sufrió una caída, un ataque cibernético coordinado modifico todo el dinero virtual a escala global, las personas solo podían hacer transacciones con dinero físico, la información fue robada, alterada o suprimida, el planeta entero estaba en la edad de piedra. Los gobiernos tardaron más de una década en arreglar este problema, todo lo que la humanidad había conseguido con la tecnología fue perdido. Entonces, como medida, ahora la información importante era transportada por una red de mensajeros físicos, mensajeros armados y entrenados. Esta actividad nació en dicho incidente, los primeros en emplear este método fue la milicia y la policía, pronto fue adoptado por empresas. En la actualidad es muy difícil rastrear un paquete que trasportan estos mensajeros. Los dos muchachos sabían eso, así que José descartaba la posibilidad de que los buscaran a ellos.

-¡Tú!-gritó una de los hombres del comando armado señalando a Vermil, enseguida al ver que esa poca probable situación estaba pasando, Vermil corrió entre la gente y subió a lo alto de un local apoyando su pie en el muro, el zumbido de proyectiles inmediatamente comenzó a oírse en el pasillo.

-¡Baja de ahí chico y no me compliques las cosas!- le gritó un hombre que vestía un traje negro con sombrero del mismo color.

-Te doy imagen-José ayuda a identificar a los matones con un drone, al momento Vermil observo la pantalla de su móvil, no pasaron mas de diez segundos y otros drones comenzaron a rafaguear con balas hacia la estructura en donde se ocultaba Vermil, una ventila de concreto de una cocina.

-Vas a tener que deshacerte de tu móvil, lo están triangulando y no sé que mas sepan de nosotros, tal vez nos oigan, vamos a tener que arriesgarnos-informó José a Vermil, Vermil a su vez respondió la agresión con la pistola manual que portaba y pregunto con voz exaltada a causa de la adrenalina -¿Cual es tu plan?

-ve sobre las construcciones a la avenida «Constitución del 2260», ya mande apoyo a ese lugar, no llegaran antes que nosotros aunque oigan esto, vas a tener que deshacerte del celular para que no tengan conocimiento de donde estas, déjame encargarme de sus drones, cuando les derribe podrás escapar

– después de esto Vermil tira su teléfono, José hace lo acordado, y enseguida de eso Vermil prepara su arma poniéndole un nuevo cartucho, sin pensarlo más echa correr, luego un drone enemigo emprende su persecución como consecuencia, no se desplaza ni cinco metros la pequeña nave cuando José lo derriba con un robot igualmente armado con ametralladoras. Una vez que José se aventaja de la ignorancia del enemigo, debido a que estos no saben que drone dispara del mar de flotillas voladoras que hay en el lugar, Vermil corre a toda velocidad con su pistola en la mano, al alejarse se pueden notar sonidos de sirenas a lo lejos.

Una carrera a pie comienza en los techos de los edificios, un cazador logró pasar la defensa que creó José en el mercado, Vermil voltea al oír la acción de un arma, se ha dado cuenta que le siguen y que aún le disparan. Decide ponerse a cubierto otra vez, esta agitado, tiene el estómago revuelto, vomita a causa de ello, se ahoga ligeramente. Pasan segundos y el cazador le da alcance, Vermil ignora que su oponente se quedó sin balas, entonces decide asomarse desde su zona segura, al instante el cazador lo sorprende, y cuando Vermil trata de accionar el arma este lo detiene y comienzan a forcejear, Vermil comienza perder la fuerza en su brazo al suceder esto, el cazador es más fuerte, se acciona un disparo inesperado, inmediatamente se oyen mas hasta que el arma queda sin balas, Vermil sabía que si el cazador se quedaba con el arma terminaría asesinandole esta, es por ello que hace esto. El cazador al ver que es inútil forcejear por un arma vacía, empuja a Vermil de una patada, su fuerza se impone en el encuentro, pronto Vermil se pone de pie y dispone a pelear con el sujeto, que porta un casco negro cromado. Vermil inicia con un puñetazo, su oponente reacciona defendiéndose como comunmente se hace al boxear. Una muy hábil batalla de golpes comienza, el motociclista no parece sorprendido de la habilidad de Vermil y se da el lujo de pelear al estilo kung-fu, era la primera vez que Vermil utilizaba su entrenamiento de defensa cuerpo a cuerpo. Cansado e intimidado, Vermil pierde mas las esperanzas de ganar, asi que el milagro que estaba esperando Vermil ocurre, José comienza a rafaguear al motociclista con el arma de un drone, la sangre salpicar por todos lados, Vermil termina sucio salpicado con ella.

Pasan unos segundos para que Vermil vuelva a reaccionar y ponerse de nuevo en camino.

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