Escuchando distintos puntos de vista sobre la humanidad, (y estoy hablando de psicólogos, sociólogos, rabinos, holísticos, alquimistas, etcétera), pude llegar a una conclusión, la cual no digo que sea la verdad absoluta, pero es lo que prefiero creer.

Los humanos pasamos a lo largo de nuestra corta vida por distintas situaciones obligatorias para nuestro crecimiento dentro del mundo y nuestro crecimiento espiritual. Una situación frustrante que además es la primera de cada uno de nosotros y es la única en la que nos comportamos todos de la misma manera, es el día que nacemos. Porque claro, estamos cómodos dentro del vientre de nuestra madre, no tenemos frío ni calor, no tenemos miedos ni nada de qué preocuparnos. Pero cuando salimos al mundo nos encontramos con el hecho de tener que respirar por sí solos, si sentimos hambre tenemos que llorar para que acudan a alimentarnos. En fin, nacemos humanos.

En la niñez ya sabemos caminar y hablar, luego vienen la pubertad y más adelante la adolescencia; acá nos encontramos en el etapa de individuos. En este tiempo vivimos nuestros primeros momentos alegres y a veces otros frustrantes. Vamos adquiriendo nuestros conocimientos, nuestros miedos, gustos, preferencias; vamos haciendo la diferencia con otro individuo que no sea “yo”, que sea “otro”. En estos años vamos adquiriendo lo que nos va a acompañar el resto de nuestras vidas; y esto es, nuestros primeros deseos, metas, nuestros primeros errores y por qué no, nuestros primeros traumas.

Muchas veces llegamos a adultos siendo todavía individuos. Muchos, viven la mitad de sus vidas siendo aún individuos. Algunos, se van de este mundo siendo individuos.

Cuando aprendemos de cada alegría, de cada tristeza, de cada error, de cada pérdida. Cuando aprendemos a no apegarnos, a amarnos a nosotros mismos primero y después a los demás. Cuando aprendemos a hablar lo que debemos hablar y a silenciar lo que no debemos decir. Cuando aprendemos a aceptar situaciones y superarlas; a no discutir como tontos con otros tontos por pequeñeces que no nos suman absolutamente nada; cuando distinguimos quién merece nuestras risas y quién nuestras lágrimas. Cuando somos conscientes que sufrir más de lo necesario es malo, que obligar a otro a hacer nuestra voluntad es incorrecto. Cuando somos capaces de entender que el otro tiene la libertad incluso de hacernos mal, y que nosotros tenemos la libertad de actuar en consecuencia. Cuando somos capaces de superar nuestro egocentrismo, de no sentir envidia, de no desear el mal al otro. Cuando somos capaces de aceptar al prójimo con sus defectos sin juzgar; de amar incondicionalmente y por sobre todas las cosas. Cuando podemos enfrentar nuestros miedos. Cuando llegamos a ser libres del sentimiento de dependencia emocional y el miedo a la soledad. Y cuando llegamos a entender, aceptar y ser conscientes que sólo nos tenemos a nosotros mismos, que tengo que convivir conmigo toda mi vida y que por este motivo, es conveniente estar en paz con mi interior; ahí, y sólo en ese momento, es cuando me convierto en persona. En ese momento y no antes, es cuando realmente sé quién soy, qué quiero, adónde quiero ir y con quién (en este orden).

Cuando logramos reír de cada experiencia que en algún momento nos dolió, ver su lado positivo, y aprender de ella. Cuando logramos reír de nosotros mismos. Cuando aprendemos a reír “con” y no “de”… Cuando logramos esto, saliendo ilesos o por lo menos hemos aprendido a escalar mejor para salir de los pozos donde vamos cayendo, manteniendo las cicatrices intactas sin que vuelvan a abrirse heridas que pueden afectar el resto del camino… ahí, y recién en ese momento, es cuando estamos maduros.

Todos somos seres completos. Porque nada nos falta. Sólo debemos aprender a encontrar lo que necesitamos en nuestro interior.

Almas, queridos seres, rían… la risa lo cura todo. Porque si después del holocausto donde murieron más de seis millones de judíos, éstos salieron adelante como pueblo mediante la risa… entonces, de la misma manera podemos hacerlo todos.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS