EL RESCATE (MESSAGE IN A BOTTLE)

EL RESCATE (MESSAGE IN A BOTTLE)

EL RESCATE (MESSAGE IN A BOTTLE) 

Cuando por fin despertó estaba solo. Yacía semidesnudo boca abajo y su brazo derecho se aplastaba bajo su cuerpo. Estaba mojado y sentía gran incomodidad. Le costó levantarse y entender qué había sucedido. La tormenta había pasado y estaba todo muy calmo, como siempre acontece después.
Miró a su alrededor y encontró varias cosas y algunos restos desparramados. Algunas reconoció como propias y otras no comprendió que serian. Su suéter rojo estaba a escasos metros suyo y pese a estar todavía húmedo, se lo puso igual. Sentía frio.
Se sentó sobre un viejo baúl que también estaba cerca suyo y trató de recordar y de reacomodar su cabeza. Una vieja botella de whisky escocés semivacía, se asomaba tirada debajo de lo que parecía ser un mantel o un lienzo similar. La tomó con su mano izquierda ya que la derecha la sentía dormida, y bebió los últimos tragos. Necesitaba fuerza y estar suficientemente lúcido para pensar y determinar cuál sería su siguiente paso.
Intentó descubrir el horizonte pero no pudo. Veía todo nublado. Cerró los ojos pero en su cabeza todo estaba demasiado revuelto todavía. Quiso llorar y huir rápidamente, estar en un shopping o disfrutando de un partido de fútbol, pero sin dudas, no ahí. Esa soledad era abrumadora, el silencio, ensordecedor.
Tras meses de miedo y desesperación por escapar, casi lo había logrado. No era así, evidentemente, como lo había planeado. Ya había vivido situaciones similares y sabía que no sería fácil. Se levantó sin saber exactamente qué hacer y abrió el baúl. Todo estaba revuelto pero enseguida distinguió el sobre azul. Lo abrió rápidamente, sus manos temblaban y se alegró de encontrar la foto intacta. Ella lucía espléndida, con su largo cabello rubio, sus ojos turquesas y su sonrisa destellante. Con su cara de ángel había conseguido de él todo lo que se había propuesto … o casi todo. Al dorso, la dedicatoria “por siempre juntos, mi amor”, lacraba lo que se insinuaba como una alianza irrompible. Continuó observando la foto durante varios minutos más y pensó “!Si pudieras saber todo lo que siento!” y recordó tantos momentos de felicidad vividos y compartidos siempre de a dos; esas tardes de playa cuando se quedaban horas tirados en la arena boca arriba mirando el cielo y sintiendo la brisa del mar sobre sus rostros o cuando juntos navegaban por aguas calmas y también por sudestadas pero siempre domadas. Quiso tomar otro trago de whisky pero la botella estaba vacía, ya había bebido lo último que quedaba. La dejó caer de sus manos y los vidrios se desparramaron bajo sus pies pero no le importó. ¿Quién lo vería ahí? ¿Quién vendría ahora a rescatarlo entre tanta soledad?, se preguntó.
Miró los restos de la botella de whisky y nuevamente pensó: “ ¿Será un mensaje dentro de una botella mi salvación? ¿Cuántas veces ante cada S.O.S. que enviaba, ella apareció? … Ella ya no acudirá seguramente ahora a mi auxilio “, sentenció en su interior. Ya no volverá, dijo en voz alta. Sin dudas, pensó, “el amor puede componer tu vida pero también romper tu corazón”.
“Esta es mi isla desierta, mi soledad y mi angustia, y esta vez si realmente quiero dejar de tomar, soy yo quien me tengo que rescatar”, pensó nuevamente mientras ordenaba el desastre que la noche anterior había provocado en su pequeño apartamento. 

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