Las olas venían y se alejaban rozando suavemente sus pies desnudos. Parecieran estas no solo reflejar la naturaleza misma del mar sino el vaivén de sus propios pensamientos. El brillo tintineante de la luz matutina reflejada sobre las olas la tenía atrapada, absorta. Como efímeras pisadas en la arena, el COVID-19 se llevó repentinamente a su apoyo en el caminar de la vida, su marido. Respiró lentamente, como queriendo absorber para sí la belleza natural que la envolvía. Acurrucó con ternura a su bebé al tiempo que sujetaba con firmeza una carta: ”Para Carlos, de tu padre”.

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