El trabajo es una rutina constante de todos los días; donde conoces a un sinfín de personas;
Entre esas personas especiales y otras no tan especiales; también puedes encontrar los llamados amores platónicos o esos amores que nunca serán o pasajeros;
Por ejemplo, en mi caso encontré personas especiales y otras que no lo eran, sin embargo, tenía que convivir y compartir un cubículo con ellas; te estarás preguntado ¿y los amores platónicos y los amores que nunca serán? Pues mis queridos curiosos también se los tengo. ¡Empecemos!
En mi trabajo tuve personas especiales entre esos estaba mis dos jefes; eran estrictos pero comprensivos, amables y simpáticos, a veces chistosos;
Había dos compañeros que era simpáticos, amables y siempre estaban para ayudarme o conversar de cualquier cosa, a veces nos reíamos de cualquier bobada y lo mejor es que nos ibamos juntos al terminar el turno; estos los denomino especiales;
No tan especiales solo uno que creo que quería verme la caída para el subir y quedar bien con los supervisores, pero bueno, lo supe manejar y salí triunfador;
Y en el sentido de amor platónico o que nunca se dará, hay varios, uno de ellos me encantaba conversar con él, reírme, hay cosas en común; siempre me ayudo y me apoyo en mis funciones, creo que gracias a él pude subir mis indicadores así sea un poco; ¿inspiración? Sí, me sentía muy bien a su lado; lastima que tenia novia; otro era un cargo superior que yo, se destacaba por ser bueno en su labor…era el mejor enseñando y explicando… y además su físico le ayudaba mucho a que uno le pusiera atención; pero tenía hija y eso lo descartaba como posible amor;
La conclusión de todo esto es que el trabajo es una fuente social muy grande e interesante, donde puedes encontrarte con muchas clases de personas, y todos los días pueden ser una fiesta si así lo deseas; yo por lo menos, disfrutaba con las cosas de mis compañeros, superiores y clientes, con estos últimos sí que más, a veces no podía dejar de reírme.
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