
Y yo, sentado al lado de este roble
siento como si me hablaran sus raíces
y el campo me arrulla con sus olores
sonriéndome las flores más frágiles.
Pienso en tu boca, esos labios indomables
que me hacen soñar, volar hasta las nubes,
y veo el cielo como son tus ojos azules
cuando me miras pronunciando mi nombre.
Y sobre este roble, te imagino delirante
mientras me pasan por encima las aves
y tiemblo como si te tuviera delante.
Te veo venir con tus caderas frágiles
vestida toda de largo, rodeada de flores
y lloro cariño, por no poder besarte.
Contigo la primavera es más elegante.
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