Cuenta la leyenda que el primer martes de cada mes de agosto, desde hace varios años, se vienen sucediendo desapariciones de varias personas alrededor del pueblo de Chamacó.
Hay teorías que dicen que no son hechos aislados, sino que tienen algo en común: son siempre hombres que han sido infieles a sus esposas. Desaparecen sin dejar rastro alguno. Como si la tierra los tragase, o algo del más allá los haya reclamado como suyos y los vino a buscar.
Entrando más en detalle de estas desapariciones me decidí a recorrer los alrededores del pueblo, para así recoger toda información que llevara algo de luz hacia mi incertidumbre. Hable con las personas de la zona, y una por una coincidían en lo mismo. Que estas personas eran llevadas por algo, y que ese algo no es de nuestro mundo de los vivos.
Todos apuntan a alguien, quizás un mito o leyenda, quizás realidad o mera coincidencia: La cazadora de infieles.
Y ¿Quién es acaso?
Al saberme siempre amante y creyente de los mitos y leyendas, una vez encontré información de este personaje, La cazadorade infieles le llame. En los libros que leí y en los dichos del saber popular, se dice que esta mujer era en vida una mujer felizmente casada, hasta que descubrió que su amado le era infiel. Fue tanto el odio y el rechazo hacia ese hombre, que un martes de agosto del año 1977 decidió acabar con él, y al volver a su casa lo ataco en plena madrugada, lo agarro tan fuerte del cuello que la vida le quito. Y no se sintió bien, se quedó perturbada por largas horas hasta que la policía descubrió el cuerpo y se la llevo presa.
En la cárcel perdió la cordura, gritaba por las noches, odiando a aquel que la vida le había arruinado. En esa condición no podía seguir presa en una cárcel común, asique fue llevada a un lugar donde se depositan a las personas que ya no pueden recobrar la cordura, y allí vivió en pena, casi hasta los noventa años. Desquiciada y maltrecha, sin hablar jamás y con la mirada perdida. Vivió su calvario solo por tomar venganza de aquel que la vida le naufragó.
Al poco tiempo de su muerte, empezaron las desapariciones. Siempre cerca de algún Hotel de mala muerte, perdido en la noche. El infiel era seducido por una bella dama de ojos verdes, y después del rato de placer, esos hombres eran asfixiados por la amante del momento, después del placer les llegaba la muerte. Venganza en nombre de aquellas mujeres indefensas, que a veces ni estaban enteradas de la situación en las que se encontraban.
Después del acto sexual esa mujer ya no era una bella y joven dama de ojos verdes, sino un espectro de terror con ojos negros y profundos, venida del mismo infierno. Y con sus manos de muerte, les asfixiaba hasta quitarles la vida, mirándolos fijamente y haciéndoles saber el porqué.
Ambos personajes se esfumaban de aquel cuarto de hotel, espíritu de la cazadora y el cuerpo del infiel, se esfumaban. Las familias de esos hombres los siguen esperando, sin querer creer en que la cazadora hizo de las suyas y vino a cobrar venganza…
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