ENTRE DOS TIERRAS

Mi gata me mira mientras escribo y no sé que pasará por su cabeza gatuna cuando ve este bolígrafo moverse verticalmente sobre el papel. Trama algo. Siempre traman algo los gatos..

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Luka es especial. Creo que ella pensara lo mismo de mi cuando me quedo mirando la ventana. Que tramo algo…

Las mujeres y los gatos tenemos una relación especial. Creo que a mi Luka le gusta Héroes del Silencio. Gira la cabecita como si reconociera el tema de otras veces.. Soy una cansina con la misma música que me gustaba en mis buenos años.

Como molaba la canción aquella de Héroes del silencio. Y vaya pintas que tenía el cantante… Pero esa frase… «Entre dos tierras estás… y no dejas aire..que respirar…» Eso es. Así me siento en esta casa que es mi segunda piel. Estoy en tierra de nadie. Entre vecinos que no dejan respirar… Pero también eso de entre dos tierras vale para otras cosas de la vida.

No soy joven pero tampoco soy vieja. Soy viejoven. Paso de los 40 pero no tengo 50. Me apetecería salir con alguien que me entendiera pero también la soledad es como mi lugar seguro. Como los brazos de mamá. Aquí nadie hace preguntas. Podemos ir en pijama dos tallas más grandes o sin bragas. La soledad acepta todo. Las dos nos conocemos. Aunque nunca hay un completo silencio en esta casa…

Miro mi foto de la mesa. Es una foto mía cuando empezaba en E.G.B..Era una pequeñaja llena de miedos y en esa imagen se ve todo.

Veo aquel fotógrafo como me cogía la cara con fuerza y nos pegaba la cabeza a la pared para que estuviéramos quietos. Pinchaba mucho por el basto gotelet blanco. Veo ingenuidad en la mirada. Sorpresa. Algo de lástima y mucho miedo. El miedo jamás me abandonó desde entonces.

Siempre he sido muy miedosa. En fin.. De esa foto hace ya mucho..

Esta casa ya me conoce..y me quiere..

La casa de la guasa. Se podrían contar miles de historias de los vecinos que habitan como insectos entre estas paredes. No parece que viven en casas como la mia. Da la sensación de que moran entre los ladrillos. Roen piedras y hacen rodar canicas misteriosas a la dos de la madrugada.. Se alimentan del silencio de solteronas como yo. En el momento en que no oyen nada y saben que estoy, inician la guerra psicológica. Sueltan bombas de racimo y siembran sus pasillos de cócteles molotov.

Tengo un vecino en la parte superior que nunca he visto. Sólo lo he oído. Emite gruñidos, ronquidos, flatulencias, gargajos, toses,, de todo y a cualquier hora del día o de la noche. He llegado a pensar si no será un demonio del Averno. Ningún humano puede emitir tantos ruidos asquerosos por minuto. Pues este tipo si. El solito parece un ejército de orcos metidos en su casa a la hora de comer. Llegar de currar por la tarde y en vez de oír pajaritos de la calle, escuchas un sapo de 90 kilos que parece estar deseoso de penetrar en mi casa a base de eructos. Un asco.

La pareja de abajo es un encanto. Sólo follan. Follan día y noche. Tardes y mañanas. Festivos y laborables. Fiestas de guardar y en elecciones. Están todo el puto día follando. Son jóvenes y residentes en Madrid y folladores. Una pareja de jóvenes que cuando me los cruzo por las escaleras no se si felicitar al novio y dar la enhorabuena a ella o partirles la cara a los dos por escandalosos. Reconozco que tengo una jodida y asquerosa envidia. Yo, que la última vez que me hicieron limpieza de bajos la Rosa de España iba a Eurovisión… Bueno, no tanto pero casi. Y pasa lo que pasa. Que me voy dejando. Tengo la entrepierna como la selva negra. En cualquier momento me sale un indígena reclamando su territorio…

Y luego están los que tengo al lado que dan a mi salón. Esa pared es la que más miedo me da. Es una pared blanca. Nunca puse ningún cuadro de los que tengo desde que me vine a vivir aqui. Me recordaban a mi ex. Así que al final se quedó sin nada. Pero esa pared blanca habla. Dice cosas malas. Llora. Se lamenta.. Eso ocurre siempre cuando la mujer que vive ahí se queda sola…

En esa casa vive un matrimonio que deben tener más de 60 años cada uno. A veces me los he cruzado y son como si fueran nuestros padres o amigos de ellos. Un señor gordito y su mujer que compite por ser más gordito que el. Salen juntos al mercado. Los veo comprando cupones de la once. O en la farmacia.. Todo normal. No tienen niños.. Pero cuando se cierran las puertas…

Luka se queda mirando la pared blanca. Sabe que pasa algo malo. Los gatetes detectan las malas vibraciones y en esa casa hay muchas..

Hay noches que discuten. Discuten mucho. Llegan a silenciar al orco del averno de arriba y a los folladores de abajo. Todos nos detenemos en nuestros quehaceres. Se hace el silencio para que hablen los demonios. El volumen de la tele baja lentamente. Lucho por detener mi corazón pensando que me pueden oír. Oigo insultos, golpes en la mesa… Y luego al rato se les oye hablar como si no pasara nada. Al día siguiente los veo juntos como siempre. La vida de fuera es una y la de dentro otra. Sólo que son los mismos actores haciendo papeles diferentes.

Debería hablar con ella alguna vez…

Y estos son mis vigilantes de la playa. Los que protegen mi sueño. Es decir. Protegen mi sueño para que no me acerque a él. Lo tienen en una caja de caudales. Vamos que no me dejan dormir..

Mientras sigo malviviendo. Es decir, comiendo y durmiendo. Y nada más. Me sigue quedando la esperanza de encontrar a un chico majo. Alguien especial. Alguien que me quiera, que cojones. Antes los buscaba buenorros pero son los peores como personas. Creo cada vez más que en la sencillez está el secreto. Un hombre sencillo físicamente. Que no llame la atención. Que no sea feo pero tampoco que esté buenísimo. Más o menos como yo… Jajajaja!

Y eso si. Pase lo que pase, la esperanza la tengo en mi chepa como una lapa. Es una cosa que no vale para nada pero te pones encima siempre. Como la ropa para salir a la calle. Nunca sales sin ropa. Haga el calor que haga. Pues eso. Me ilusiono con algún día..

De momento ninguno se me acerca, sólo algún baboso, pero aún así la esperanza no se va. Sigue conmigo como un gatito meloso. Como Luka a mi lado…

Siempre hay algún día….