El lamento de un borracho empedernido

No vale la pena, decían mientras me miraban entristecidos como me ahogaba en alcohol por ella, no era algo que lo haría de vez en cuando, ya era recurrente de mi horario pensarla, mientras el trago me hace recordarla aún más, soy pecador al hecho de querer olvidarla, se me es imposible nombrarla si no me acompaña un buen vino a mi lado, lloro mientras bebo, me detienen, me cargan hasta llegar a mi hogar, me recuestan, y se van, una rutina simple y practica de mis amigos, aunque saben como me pongo no me pueden abandonar, me dicen, ya que sabrían que sin ellos el dolor insuperable me llevaría al borde, un borde el cual no quieren que sobrepase, miro el techo, mientras el alcohol ingerido anteriormente se encarga de hacerme dar vueltas en un espacio reducido, y fantasear contigo, recordarte, y continuar con mi lamento, "¿acaso era necesario que te fueras?" pregunto al vacío y tal como se esfuma la pregunta conozco la respuesta, un silencio eterno al igual que tu partida. Era muy pronto y pensar que te ame como a ninguna mujer, y te ame, te ame tanto que me odie por seguir amándote a pesar de el final que tuvimos, "Cada quien por su camino" me dijiste, pero si el camino lo habíamos hecho juntos, todo se derrumbó, y creer que no iría a doler fue mi error, verte sonreír con quien no soy yo, verte ser feliz a la distancia, mientras me hundo cada vez más, mientras me hundo más y más, no existe salvación, no hay rendición en este idiota sentimiento llamado "amor", no hay nada después de ti.