Ya me sabía cada una de sus respuestas a mis preguntas, nunca respondía con propiedad, siempre existía algún pretexto o excusa para poder escapar, ya no había tiempo para mi, nuestras conversaciones ya no tenían sentido, nunca llegábamos a nada, su interés estaba en el celular y su tiempo era para otras personas, sus planes no eran conmigo y ni siquiera sus buenas noches, los detalles de preguntar por mi se perdieron al igual que sus mensajes de buenos días, le costaba decirme te amo y le pesaba decirme te extraño. Mientras él gozaba de días tranquilos, yo me hundía en mi, sentía nudos en la garganta y me costaba entender que ya nada era mio, nada era para mi, amar no fue suficiente y aunque mi dignidad quedará en el suelo hallando mil formas para salvarnos, él solo quería estar sin mi.
Un día le pregunte, – ¿Que te gusta de mi? Y fue lo que más me destrozo, porque no sabia que responderme. Luego entendí que quería a alguien, pero no a alguien como yo.
OPINIONES Y COMENTARIOS