Mira cómo crece el trigo,
sin temor a equivocarse.
Cómo se alza sin el sueño
de ese cielo inalcanzable.
Cómo agradece a una nube
por el agua regalada,
y exprime cada gota
sin envidiar al Sol.
Mira cómo ese río
tan pequeño une su sangre,
a otro río similar, haciéndose,
juntos, más grandes.
Sabe que no es el único,
y no odia a los demás.
Disfrutando del paisaje
que crean hasta el mar.
¡Qué tan extraña belleza!
¡Qué dosis de realidad!
Mira a la naturaleza,
¡que hermosa forma de andar!
Nos dotó de inteligencia,
de conciencia y claridad.
Y yo, cambiaría esta mierda
por esa forma de amar.
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