..y de repente, sus manos rozaron las mías.

¿Qué me estaba ocurriendo?

Mi piel pálida, comenzaba a ruborizarse, un claro cambio de temperatura

Rodeaba mi cuerpo abatido.

Comencé a sentir un golpe tras otro en lo profundo de mi pecho, recuerdos volvían a mi cual ecos en lo remoto del desconcierto.

¿Podrá ser? Me pregunte con voz temblorosa

Tus ojos encontraron los míos, sonriendo dijiste “Todo esta bien”

¿Podrá ser? Estaba.. ¿Viva?

Aquellos sucesos siguieron ocurriendo en todo mi cuerpo.

Una vez de pie frente a ti, susurre “No me sueltes”

En ese instante, podría jurar que con tan solo tu sonrisa hasta podría volar..

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