Por fin te digo adiós

Esta es por fin nuestra despedida, nos hemos amado tanto tiempo que jamás imaginé este momento. Hace meses que no te siento conmigo, que nuestro saludo es un encuentro casual y cotidiano mientras que la despedida parece que es lo que más añoras cada minuto que pasamos juntos; me encantaría saber que esto que siento es un dolor compartido, que ambos nos quebraremos en llanto en el momento que veamos que estamos tan lejos que no hay vuelta atrás, pero tengo la certeza de que a ti no te afecta en absoluto esto, que hace tiempo estás a tal distancia que te es imposible sentir mi dolor, ver mi sufrimiento y pensar un poco en este amor que aún te tengo. 

Te escribo doloso lleno de esperanzas porque leas mi carta, pienses y recuerdes en todos nuestros grandes y hermosos momentos, conseguir una tenue sonrisa que marque el final a la duda de lo que nos pasó, y ver por fin en tu mirada como nuestra historia llega a su fin, daré en ese momento la media vuelta y sabré que es lo mejor, pero mírame, debes señalarme que esto ha terminado, que esto no tiene un remedio, y muéstrame todo el poder de tu indiferencia. Jamás podré olvidarte, tenlo por seguro, fuiste la mejor parte de mi vida hasta ahora, formas parte de una etapa que me marcó, y estoy seguro de que no me equivoco al nombrarte el amor de mi vida, seguramente lo que ocurrirá es que asegure que me he equivocado de vida.

Te prometo no anhelar tu regreso, no suplicar tu lástima, guardaré luto a tu esencia y la alegría que en mi provocaste y continuaré con mi vida, no será fácil, pero sin ti, será una prueba mortal que he de soportar.

No me queda más que agradecer tu presencia este largo tiempo, te amo, aún lo hago, pero te juro que esto cambiará.