Pensamientos de Cuarentena

Pensamientos de Cuarentena

José Francisco

01/04/2020

Tengo un par de días recorriendo los mismo sitios de forma inconsciente, despertando por inercia para lavar mis dientes y, enfrentarse a las horas mutilante de un mismo día que no termina al anochecer. Voy del cuarto al baño, del baño a la cocina, de la cocina a la sala de estar y luego vuelvo a la habitación. Contemplo a las afueras personas que van de un lado a otro sin detenerse, como en las películas cuando pasan los años, nunca pensé vivir un tiempo tan árido como este.

Antes me gustaba observar a las personas en el metro, en la universidad y en el parque. Jugaba con crear pequeñas historias ficticias de ellos mientras por otro lado, trataba de ocultar un temor absurdo porque ellos hicieran lo mismo y, acertaran con la vida monótona y aburrida tras de mi.

No tengo a nadie por extrañar mas allá de mi mismo y, lo que un día fui, es uno de los peores sentimientos. Encontrarte extraño, ajeno, distante de ti mismo. No he anclado mis sentimientos desenfrenados en nadie, en nada, en el vacío que me invade cada vez al imaginar una historia.

Antes de dormir solía pensar sobre el amor, el odio y el sueño. Tenia suficientes relatos para dar vida antes de dormir y, despertar con una esperanza de algo nuevo, de que alguien me detuviera al ir a clases para decirme – Te estuve esperando por mucho tiempo – pero nunca sucedía y, eso me daba mas fuerza para invocarlo. Ahí el error de entregarlo todo sin fisuras, sin temor, sin esperar nada a cambio después de escuchar un – Me gustas -.

Sigo pensando en la existencia del amor, sigo pensando que un día estará, mas allá del que en mi pecho habita. Sigo pensando que la vida es mucho mas que dormir y comer para luego dormir y comer.

Tiempo atrás iba a cualquier lugar de la ciudad sin pensarlo, sin tenerlo en mente y, me sentaba en cualquier lado a ver, solamente a ver, ver de verdad. Era muy emocionante lo desconocido, aun lo es, pero desde esta monotonía todo es predecible.

El vecino en el jardín del edifico, el loro despertando a todos el vecindario en la mañana, el café caliente, el desayuno frío y el enorme silencio entre las personas que amo. Necesito con urgencia un abrazo y, que me digan que todo estará bien, aunque sea una mentira. Debo imaginarlo para poder creerlo y así esperarlo con fuerza.

Debo perderme entre la costa de alguna playa, rodar por una pradera indomable, correr contra el viento, bañarme bajo la lluvia, bailar en medio de la calle y reír sin motivos. Necesito saber que somos algo mas que un encierro, un encierro que solo esta en nuestra mente porque afuera todo esta igual, fluyendo como un río que se fundirá en el mar. Fluye como el viento a través de los árboles.

Y lo peor de todo esto es tener que enfrentarse con uno mismo, saberse extraño con el pasar del tiempo y, que cada vez somos mas distintos a lo que un día fuimos.

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