Casi siempre escuchamos que el amor debe ser medido, y hasta aveces un poco egoísta, que quizá debamos pensar en nosotros primero.
Particularmente he compartido con parejas que siempre me dicen lo mismo:
!Siempre soy yo quien da mas por esta relación!
– si no fuera por mi, tal vez ya ni estaríamos juntos.
pero muy pocas veces nos encontramos con un concepto muy distinto a ello, tal vez así :
«Que el amar a alguien es una cuestión de decisión, o amas o simplemente no amas»
Pero si decides amar debes entender el verdadero concepto de lo que la palabra AMOR edifica, yo lo pude encontrar en Dios, ejemplo de un verdadero amor, tal vez te hayas encontrado con un pasaje bíblico no muy lejana a nuestra realidad, ni ajena a nuestra vida cotidiana aquí en breve te lo dejo:
1Corintios 13:4-5
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.
Quien no habrá escuchado decir que las terceras personas sobran en una relación, e incluso esas personas suelen ser parte de la ruptura de un matrimonio (familia, amigos hasta muchas veces un desconocido)
y que pasa si a este triangulo amoroso colocamos a Dios como intermediario entre dos personas?
Mi hermosa conexión será derivada primero a mi señor, y después llegará a mi bello esposo, con dulzura. Para edificar un matrimonio debe existir esa relación, de poner a Dios como el centro de nuestro matrimonio, para así sentirnos seguros de que es el quien tiene el control.
cuando recién empece a conocer a Dios, creí que muchas cosas eran favorables para el varón, sin embargo somos sus princesas y nos detalla cuan bellas somos para el, nos cuida como la niña de sus ojos, que orgullosa una se debe sentir al decir que es hija del Rey verdad?
Mi esposo y yo no entendíamos sus propósitos, discutíamos a diario, y nos culpábamos de todo, e incluso nos hemos herido con palabras que no quisimos decir, dijimos NO MÁS!
Dijimos que tal vez casarnos no era lo mejor, e incluso empezamos a dudar de el gran propósito de Dios como matrimonio, quedamos destrozados y aunque no lo creas no tenemos lucha contra carne y sangre, mi pelea no era con mi esposo, era con satanás quien era capaz de envolvernos en sus mentiras y patrañas haciéndonos creer que con solo nuestras fuerzas íbamos a lograr hacer todo. Que Vil había sido el demonio porque logro conocer nuestras debilidades y pudo atacar en cada preciso instante.
Dobla rodillas, humíllate ante el señor, vuelve a tu primer amor…
aunque mis problemas no acabaron ahí, yo había decidido que sea mi Dios amado tomando las riendas de este matrimonio,deje mis cargas para el y que sea solo y únicamente Jehova hablándole a mi esposo, que mi boca no se abrirá mas para darle el gusto a satanás. Esta vez no era yo peleando con mi cónyuge, si no, mi señor destrozando el mal y acabando con este infierno de mentiras.
Lo que para mi era imposible e irreparable, aquello por lo que mucho tiempo luchamos junto con mi amado, creyendo que debí cambiarlo, para nuestro señor es un deleite haberlo buscado, disfruta vernos juntos, se goza con nuestros triunfos y déjame decirte que sin Dios como el centro, la cima o el pico mas alto de nuestro triangulo amoroso nosotros no somos mas que unos simples títeres de la maldad.
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