¡Qué ansias tremendas de verte!
De hundirme en tus verdes pupilas,
de andar por los campos, descalzos,
gozando, entre aromas y lilas.
¡Que ansias de verte en mis brazos!
Tan blanda y tan tierna, dormida,
y al ver el temblor en tus carnes,
pensar que eres luz y eres vida.
Que lejos se escapa mi mente
vagando entre mares de ensueños,
tus ojos, tan verdes, se han ido
y todo el recuerdo es un sueño.
Claude 15/09/57
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