la nueva dueña del gatillo en forma de lápiz sujetado por mi mano.
mi más grande afecto hacia la musa de mi inspiración,
busco en ti desatar lo preso de mi alma.
intentando consolar mi desorientada mente,
que solo logra escupir ira en contra de todos nosotros; seres ciegos y estúpidos.
creyentes del amor corporal tan irreal como las utopías imaginadas por el hombre.
creyentes cegados por esculpidos cuerpos sin brillo real, sin brillo en sus almas, sin razón alguna.
estúpidos que siguen ocultos tras el manto ilusorio del mundo.
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