Los Vanidosos son aquellos que leyeron el libro de la vida sólo por la portada ser bonita; pero los humildes, son aquellos que leyeron directamente el libro del mundo.
Y por eso las personas que siempre practicaron la humildad son aquellos que están dispuestos a usar sus mentes sin prejuicio y sin temor, De entender las cosas que chocan con sus propias costumbres, privilegios o creencias.
Este estado de espíritu no es común, pero es esencial para pensar bien. Y es por eso por lo que para ellos las más lindas palabras de amor son dichas en el silencio de una mirada Y las esperanzas son como las estrellas: brillan y traen luz en sus vidas.
Boris murió un sábado del año 2006 victima de un paro cardiaco que le provocó el consumo de una droga mezclada con veneno para ratas. Gerardo esa noche cuenta que lo buscó por todos lados y cuando lo encontró en el barrio de esteras al lado de la acequia de la quinta etapa, Boris ya estaba sin sentido y solo convulsionaba. Gerardo intentó reanimarlo con golpes en el pecho y al no ver alguna reacción de reanimo por parte de Boris, lo llevó cargado hasta el puesto de salud más cercano en donde no pudieron hacer nada por el muriendo casi al instante en el que llegó.
Chercolo estaba compuesto por Hernán, Boris, Gerardo Christian, Pedro y Yo. Tendríamos unos 14 años cuando comenzamos con este grupo. En esas épocas casi todas las avenidas tenían un grupo con nombre que supuestamente cuidaban la parte de su barrio, pero la verdad esto era solo pretexto para impresionar a las chicas.
Hacíamos casi todo juntos, jugábamos futbol, nos íbamos de excursión y organizábamos nuestras propias fiestas, sobre todo en la casa de Hernán. Casi todas las noches nos reuníamos en círculo en la mitad de la pista frente al restaurant de los Padres de Pedro y de la Ventana de las 4 hermanas más bonitas de la avenida abubillas. Recuerdo que a los padres de Pedro les encantaba que nos quedáramos allí hasta altas horas de la noche para evitar que los ladrones pudieran asaltar su negocio.
Fui así que nació el nombre de Chercolo, que quiere decir círculo, pero como el hermano menor de Pedro usaba frenillos en aquella época, él lo pronunciaba como Chercolo, cosa que encontramos muy original, y desde ese día el nombre de nuestro grupo comenzó a pronunciarse de esa forma.
Los grupos de Santa Anita no se formaban con el ánimo de ser bandas callejeras o de pelearse los unos con los otros por definir territorios, por el contrario, todos éramos muy unidos en la urbanización y casi todos nos conocíamos. Escogimos más bien el deporte para definir cuál era el mejor grupo del Barrio y fue así como se creó el campeonato de fulbito más popular en Santa Anita de todos los años. Cada Grupo competía contra el otro y el ganador ganaba una copa, 10000 Intis y la popularidad del barrio.
La noche antes del campeonato estaba demasiado fría como para que nos tomáramos aquellas chelitas que por costumbre solíamos beber. Casi a las 12 de la noche, sentíamos el ruido del portón de metal del restaurant de Pedro cerrando y ese era el pitazo para saber que teníamos que regresar a nuestras casas, Pero Boris siempre hacia lo mismo, sacaba de una bolsa de papel su chata de agua ardiente y mientras nosotros lo mirábamos con desacuerdo, bebía trago tras trago fijando la mirada en cada uno de nosotros y reía.
– Hay que ser recontra vacan para jugar bien a la pelota-, decía Boris casi borracho -, Sobre todo si naces en el Rímac, cuna de grandes jugadores de futbol y hogar de uno de los más gloriosos clubs del Perú, El Sporting Cristal, campeón 2 veces consecutivas de la copa Marlboro y subcampeón de la copa libertadores-.
Pero esta es otra historia, una gran Historia. ¿Saben?, ser peruano es una gran metáfora, ya que al parecer somos los únicos seres humanos tratando de alcanzar lo imposible rechazando así lo posible, pero el privilegio más grande en esto es que somos grandes soñadores, imaginamos que algún día seremos campeones mundiales y Juan Romaña no dejaba de ser un Peruano más, ahora bien , el limeño es otra vaina, es casi lo mismo que ser peruano con solo una diferencia, que somos más huachafos, y Juan no dejaba de ser un limeño más creyendo que algún día llegaría a ser un Crack internacional de futbol.
Nadie podía negar que el Cholo dominaba su pelota, eso era evidente, Juan solo vivía para el futbol y no se perdía ni un solo partido de la división nacional, fue el capitán y jugador estrella del Colegio Santo Toribio en la primaria, capitán del equipo de su colegio del campeonato ADECORE (Asociación de colegios religiosos) en la secundaria y goleador del campeonato de nuestro barrio. Juan iba destinado a ser un gran profesional en el futbol, en el barrio todo el mundo lo adoraba, a pesar de ser un creído y abusivo de mierda. Cambiaba de novia cada mes, le fiaban por todos lados y nunca le faltaban invitaciones para fiestas y polladas. Era por eso que, tanta admiración y devoción por parte de la gente, no podía dejar que una de sus grandes virtudes fuese la humildad, por el contrario, podías ver una gran aura dorada sobre su cabeza producto tal vez de su enorme ego.
La municipalidad de nuestro barrio había construido una cancha de fulbito totalmente nueva. Santa Anita para esa época era solo una pequeña urbanización alejada de las grandes urbes. Nos tocaba Jugar con el equipo de Juan a la 1 de la tarde, llegamos cerca de las 12 y nos pusimos a hacer calistenia. Al frente y tambien ejercitándose, se encontraba Snoopy, el equipo liderado por Juan, en ese momento él se encontraba insultando y maldiciendo cada vez que alguno de sus jugadores cometía algún error.
Empezamos a jugar contra Snoopy por tiempo de 20 minutos por mitad de cancha y en los primeros 5 minutos ya estábamos perdiendo por 3 a 0, ¿Tal vez miedo? Yo diaria más bien pavor de estar jugando contra el monstruo del barrio, con la promesa del futbol peruano. Cuando el juego acabó, Chercolo había perdido por 6 a 3. Mis amigos y yo nos encontrábamos sentados y completamente avergonzados mientras veíamos a Juan y todo su equipo burlándose de nosotros, Dejamos de mirarlos y nos llenamos frustración, yo respire hondo, fije la mirada hacia Boris y le dije
– ¡Ya se cagó este huevón! –
Boris solo atino a mirar hacia donde estaba Juan y me respondió
– ¡Ta si on, Ya se cagó!
Luego de un par de años Chercolo paso a ser solo una anécdota. Christian se fue a los Estados Unidos con toda su Familia y nunca más supimos de ellos. Yo me mude a la casa de Mi padre con mi madrastra y hermanastros luego de que mi Madre se fuera con mis hermanos a los Estados unidos. Eventualmente Gerardo se Mudó para los Estados unido y ahora vive en Connecticut. Hernán terminó la Universidad y se graduó de contador y ahora trabaja para la Procter and Gamble. Pedro se quedó en Perú y continuó administrando el negocio de sus padres hasta el día de hoy. Y Boris, Bueno, ya saben lo que paso con el pobre Boris.
En el 2006 me encontré con Gerardo en una pollada que organizaron unos amigos peruanos en Kearny, New Jersey, nos abrazamos y nos emocionamos hasta las lágrimas. Fue ahí donde Gerardo me contó todas las novedades y entre ellas la muerte de Boris, noticia que me entristeció mucho. Hemos intentado buscar a Christian por todas las redes sociales, pero hasta el día de hoy no hemos podido ubicarlo.
En el año 2008 soñé con Boris, él se encontraba parado con todo el grupo como solíamos hacerlo todas las noches, pero él era el único que no hablaba, de repente yo me siento en una de las mezas del restaurant de Pedro, súbitamente él llega por detrás, me abraza por el cuello cálidamente y me susurra al oído,
– ¡Tranquilo amigo, relájate, si no vas a acabar como yo! –
Desperté con mucho miedo y al día siguiente llamo a Gerardo y le cuento sobre esto, Gerardo muy sorprendido me responde:
-Hay que rezarle y prenderle su vela-
Luego de un mes, Gerardo y yo decidimos ir a visitar la tumba de Boris en Lima, nos quedamos un buen rato allí y conversamos sobre algunas anécdotas y reímos mucho sobre varias de sus ocurrencias. Luego nos dirigimos al restaurant de Pedro para visitarlo y tomar unas cervezas. De repente un hombre demacrado y delgado en silla de ruedas se nos acerca y nos pide que le invitemos una cerveza, cuando lo vimos bien reconocimos que era Juan Romaña, Lo abrazamos fuertemente y nos quedamos bebiendo y conversando con él hasta el amanecer.
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