He vuelto a tu refugio.
Allí dónde fuí a buscarte.
De dónde nunca te fuiste.
Dónde yo solía encontrarte.
Últimas veces no estabas,
o yo no supe seguirte.
Hoy siento como respiro
el aire que tú besabas.
He vuelto a hacer dedo
en la autopista dónde a veces
pasabas a recogerme
sin pena, ni gloria, ni suerte.
A mi lado pasan trenes
que les puede la existencia.
Agotados por un techo
que no ofrece recompensas.
Me da pena verlos tan muertos.
Ellos podrían pensar lo mismo.
No se siente desdichado
aquél que tiene un destino.
Yo,
sin ciencia
y con embargo,
aún ando creando el mío.
Tú,
con cera
y sin trabajo,
sigues dirigiendo el río.
OPINIONES Y COMENTARIOS