​CANCIONES DE ESAS

Y de repente escuché una canción de esas que te acompañan cuando algo ha ido mal y te sientes destrozado, esas que parecen ser las únicas que entienden como te sientes y que te ayudan a sacar lo que llevas dentro y tanto te duele. La escuché ahora que estoy en un momento maravilloso de mi vida y entonces me di cuenta de que no estaba siendo consciente de ello. Estaba viviendo sin límites, sin miedos, sin expectativas, fuera de todo control, estaba arriesgando, dejándome llevar y viviendo cosas increíbles.

Fui consciente de que las cosas pueden cambiar en cualquier momento y que debía valorar mucho más esas etapas de la vida tan plenas, pasar por alto los pequeños inconvenientes del día a día, y seguir exprimiendo al máximo cada segundo.

También me di cuenta de que inconscientemente estaba abriendo una parte de mí y exponiendo mi yo más personal, que estaba dejándome conocer de verdad, aún sabiendo que eso significaba admitir un riesgo muy grande. Y que ya no había vuelta atrás, que iba a seguir viviendo siendo completamente yo.

Pero inevitablemente eso me llevó a pensar que en algún momento eso me pasaría factura, que las cosas tarde o temprano iban cambiar, y que yo acabaría escuchando canciones como esas como única manera de afrontar que había sido más emocionalmente sincera y generosa que nunca. No es que yo sea una persona pesimista ni mucho menos, pero probablemente ese pensamiento sea algo que mi experiencia me llevó sacar por inercia.

No obstante, lo que tengo claro es que el pasado siempre estará ahí, y que gracias a él soy como soy y siento las cosas de la manera que las siento; que el futuro nunca podré adivinarlo y sinceramente prefiero que sea así; y que de lo único que voy a preocuparme ahora va a ser de vivir el presente de la manera más intensa posible y asumiendo cualquier tipo de riesgo.