A tí Henry Miller

«Después de haber echado una carta, subía al piso de arriba y me tumbaba junto a mi mujer y, con los ojos bien abiertos fijaba la vista en la oscuridad, como intentando leer mi futuro. Me decía una y otra vez que, si un hombre, un hombre sincero y desesperado como yo, ama a una mujer con todo su corazón, si es capaz de cortarse las orejas y enviárselas por correo, si es capaz de sacarse la sangre del corazón y volcarla en el papel, saturar a esa mujer con su necesidad y anhelo, asediarla eternamente, no puede ser que ella lo rechace. El hombre más feo, más débil, el hombre más indigno ha de triunfar por fuerza, si está dispuesto a dar hasta la última gota de su sangre. Ninguna mujer puede rechazar el don del amor absoluto»

Estimado Henry Miller.. dónde quiera que estés. Esas palabras.. ese párrafo de ahí arriba fue escrito por tí. Aquí estoy.. tumbada en mi cama.. a oscuras igual.. y me dan ganas de preguntarte (consternada y creyendo saber la respuesta) ¿si eso que te decías es cierto?.. quisiera saberlo. Pues estoy envuelta en una situación dígamos.. difusa.. dilatada.. me tiene cubierta de pies a cabeza.. vendría siendo análogo a caminar a 20 o 30 metros de altura por una soga, paso a paso, gozando y meciendome en el rigor y la vitalidad que genera tal circunstancia.. pero sabiendo que si resbalo. TODO.. absolutamente TODO, sencillamente acabará. ¿que hago? ¿que podría hacer? Yo quiero seguír caminando.. es una cuestión inevitable.. siento como si un imán halara de todas mis extremidades con una potente, dulce e irresistible fuerza.. y adoró eso. me puede, me seduce. soy terriblemente insaciable con cuestiones de la vida. adoro la vida. pero una vocesita me dice de vez en cuando.. que podría realmente resbalar… ¡la ignoro! para ser franca. le digo que deje de molestarme y haga silencio. porque estoy segura de no caer. soy gimnasta. Creo que es la encantadora soberbia de los veintialgo… pero luego noto que no. Efectivamente tengo 24, mi cuerpo es de 24.. pero mi mente es la de una mujer de edad mayor.. no sé de cuántos.. pero segura estoy de que es mucho mayor.. por tanto, descartada la soberbia veintiañera.. entonces Henry.. constestame y dime qué es. ¿porque se me hace imposible (de momento) acceder al amor genuino que un hombre, está más que sintiendo.. por mí?. ¡Pamema es lo que dices!.. Porque no es que no lo aprecié. Pero corro y quiero estar en brazos de otro. Otro que me dosifica por alguna razón su compañía. Pero que cuando la tengo, me es realmente nutritiva. exuberante. vivaz. Este otro hombre tiene una arrolladora e impetuosa presencia, que vulnera mi razón de un modo irreflexivo.. genera en mí una grata efusión irrefrenable.. tú debes de entenderme Henry.. yo sé que sí. Así que está bien. Ni me respondas. Me conformo con que me comprendas.

*Dafne Valles*