Perdimos la cuenta de los reclamos que le hicimos a cupido en nombre del amor…

Estamos de acuerdo con que el amor es el sentimiento más grande y perfecto del universo. Existe de millones de formas y deberíamos considerarnos dichosos si alguna vez lo pudimos experimentar.

Pero el punto de partida es amarnos a nosotros mismos antes que a todos los demás. Aprender a amar nuestros defectos y virtudes, amar la vida, nuestra familia y amigos, abrazar nuestros logros y fracasos, volvernos fuertes e incondicionales hacia nosotros.

Tenemos que darles la chance a otros de amarnos, luchar contra nuestros miedos, esos que nos acorralan y no nos dejan seguir adelante. Tenemos que entender que cuando se trate de amor no siempre vamos a poder entender, nos va a faltar más de una razón lógica para explicar ciertas cosas, porque cuando se ama sé es capaz de un millón de cosas. Todos necesitamos a alguien que esté dispuesto a todo por nosotros, tiene que ser reciproco y desinteresado.

Nunca se sufre por amor, se sufre por la falta de él. El amor nos hace felices, nos da una sensación de tener un “rumbo”, de sentir que perseguimos un objetivo y si es compartido mejor.

Considero que siempre estamos buscando el amor. Existe en las pequeñas cosas, una palabra de aliento, alguien que confía en vos cuando nadie más lo hace, en quién te cuida, se encuentra en quien puede ver en tus ojos cuando estás cansado de luchar y te ofrece remarla un rato por vos. El amor también puede aparecer en un beso, un abrazo, en algún “te quiero”, en algún encuentro o en esos “quédate un rato más”, en los que se atreven a decirnos la verdad, aunque sea dura, también en la disculpa y el perdón, en una comida o en un regalo. Podríamos concluir entonces que el amor existe en todas partes y todo el tiempo. Aunque tengamos todo en esta vida, la falta de amor significaría no tener nada, estar vacío.

El secreto está en saber amar tanto como a nosotros mismos. Cuando amamos a alguien nos sentimos dueños de una misión importante en esta vida donde vamos a intentar proteger, cuidar y hacer feliz a alguien además de a nosotros. Es tan inmenso lo que podemos llegar a sentir cuando amamos que no es tan sencillo explicarlo con palabras, porque el amor no se explica, se siente.

Intentaré hacer lo posible para explicarles lo que para mí significa el amor: Hace que nuestra cara se ilumine, que nos brillen los ojos, que el corazón se acelere, nos hace dichosos de sentirlo porque nos da felicidad y gratitud. Cuando creemos nunca haber encontrado el amor estamos equivocados. ¿Por qué? Porque éste existe en todo lo que nos rodea si lo sabemos buscar. Como dije antes, podemos encontrarlo en alguna salida con amigos, en una cena familiar, en un trabajo terminado en donde pusimos todo nuestro empeño, cuando ayudamos a alguien que lo necesita, en los animales o en nuestras ganas de hacer un mundo mejor. En cada uno de nosotros hay amor, porque amar es dedicación y tiempo, invertir en él nos dará como ganancia muchas sonrisas ganadas y robadas.

Siempre demos amor, pero nunca lo mendiguemos. No es justo que perdamos tiempo en mendigar lo que existe en abundancia. Si alguien no nos puede amar, tenemos que dejarlo ir. Existen millones de corazones esperando a que los ames y dispuestos a amar. El amor es incondicional y sólo pide sonrisas a cambio.

Es cierto que podemos equivocarnos y esas equivocaciones pueden tener como consecuencia que alguien que estuvo dispuesto a todo por nosotros, deje de estarlo, no porque ya no nos ame, sino porque entendió que el amor no se ruega, no se fuerza ni se acepta a medias. Siempre tenemos que elegir que nos amen por completo, en todo momento y no por momentos, tiene que ser incondicional.

Tenemos que amar a pesar de no haber sido correspondidos, de las heridas, aunque sigamos sufriendo por el pasado, aunque no tengamos certeza de que nos depare el futuro, más allá de la inseguridad, amemos por más de que tengamos miedo. La vida es corta para perderla preguntándonos si creer en el amor es malo, porque quienes fallan son las personas y sólo en ellos tenemos que dejar de creer.

Nunca vamos a estar equivocados si elegimos amar…