Suena la alarma otra vez igual que de costumbre y al abrir los ojos reflecciono, pensando en si hoy valdrá la pena salir de la cama pues ya llevo tres años igual y nada cambia.

Trato de evadir ese sentimiento de vacío que me corrompe y consume. 

Es tan fuerte ese mal que no tengo pasión o devoción por nada, cada día es un bucle que solo gira y gira para retroalimentarse así mismo y el cual no logró detener. 

Es como un agujero negro que se expande dentro de mí dejando tan sólo una oscuridad que apaga a su paso toda luz existente de alegría.

Ya sólo trabajo para no pensar, laboral o festivo me es indiferente y la gente me critica o señala, pudiendo escuchar sus susurros al pasar ¡Ahí va ese bicho raro! Que trabajó el 24 y 25 en Navidad, no los culpo pues ignoran mi pena y no entienden mi forma de allar paz.

He llegado a la conclusión que por más que trate de explicar cómo me siento, no encuentro una palabra que describa está pesadilla personal que arrastro al caminar.

Vivo lastrado y sin sentido, aunque recorra más de mil caminos no encuentro un objetivo que me vuelva a hacer sentir ilusión o tan solo alegría. ¿Es mucho pedir? Sentir devoción por una nueva meta y querer alcanzarla.

Lo he probado todo, probé con lo que me da miedo para volver a sentirme vivo, también he tratado de disparar mi adrenalina con emosiones fuertes como, puenting, escalada libre, parapente, carreras en circuitos, incluso películas de terror, las cuales me provocaban pesadillas pero a pesar de todo no pierdo el sueño. Es tan solo como un parpadeo de 5 horas en las que lo único que continúa con normalidad y muy a mí pesar es el tiempo.

¡Me estaré volviendo loco! O acaso es que no valoro mí vida, así que recurrí a profesionales, médicos, psicólogos, ¡demonios! Si he ido hasta ver esperitistas y cada uno con una valoración diferente. 

El médico me recetó vitaminas y comida sana. 

El psicólogo una terapia para La depresión y alguna pastillita para subir el ánimo, pero, lo único que subí fue de peso.

El esperitista un despojo, un abre caminos y baños aromáticos. 

¡Carajo! ¡pues están ellos peor que yo! 

Tanto tiempo y recursos utilizados para acabar como al principio, porque ni con vitaminas, ni con terapia, ni con los recursos espirituales he llegado a volver a sentirme feliz y mucho menos pleno. 

¡Eso sí! Por lo menos acabe más gordito y oliendo bien.

Peto total sea cual sea el campo que desarrolle o en el que me aplique y eso que a pesar de hacerlos con muy mala gana, todos los elogios recibidos por la dedicación, tenían menos valor para mí que una gota de agua, cuando lo que observo es un inmenso mar.

Y a pesar de todo, cada noche cuando voy a la cama me resigno sin pesar. 

Sabiendo que en cuanto sierre los ojos, volvera a empezar otra vez este maldito y cruel, 

Bucle sin salida. 

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS