Así fue como nos cruzamos, nos saludamos, nos presentamos y nos conocimos. Así fue como nos veíamos todos los días, nos reíamos y nos contábamos nuestras cosas. Así fue como llegó el momento en que nos pasamos nuestros números, nos conectamos a través de todas las redes y hablábamos todo el día, todos los días. Así fue como las semanas iban pasando.

Así fue que empezamos a necesitarnos, a extrañarnos, a querer estar juntos todo el tiempo. Así fue como comenzamos a preocuparnos el uno por el otro, a estar en todo, a pertenecer a la vida del otro, a pertenecerle al otro, a amarnos.

Así fue como aparecieron los celos, las escenas, las discusiones. Así fue como surgió el enojo, el llanto desolado, la desilusión. Así fue que empezamos a odiarnos, a enfrentarnos, a no querer vernos más. Así fue que nos sentimos frustrados, rechazados, rotos por dentro. Así fue como todo terminó.

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