Aquel día que
el objeto sea sujeto
será cuando deje
de procrear para renacer.
Será cuando ya…
dejes de distraer,
se logre en ti creer
sin tanto demostrar.
Despacio, que ya no
no será por debilidad.
Será por respeto
y credibilidad.
Cuando los fundamentos
no sean respuestas a un vaivén hormonal
sino tus estudios certeros…
ahí te lograras finalmente soltar.
Te dejarás de contener,
por solo ser mujer.
Confiarás en el potencial
guardado en el fondo de tu placard.
Claro que sabes calcular,
al igual que los demás.
¿Acaso ellos cuentan con algo más
que superan a la humanidad?
Porque para tener poder
ya no depende solo de fortalezas físicas,
más bien de destrezas psíquicas
y aún pueden contar con calidez.
Llegará el día que
tu inferioridad será obsoleta,
lo suficiente para sorprender
a aquellos que hoy nada de ti esperan.
Cuando tu capacidad
los deje sin palabras,
verán cuán hábil eres para razonar
aún lo que ellos no pueden.
Es que el respeto
supera el entender;
y el dejar ser
es necesario para no ser objeto.
Puede que hoy la posición arcaica
se entiende como un orden,
pero sin duda la pasión franca
encandila a cualquier torpe.
Cuando los estereotipos
liberen y destapen sus oídos,
podrán escucharte
y recién ahí…dejarán de cuestionarte.
Tus habilidades perdidas creerás
y tu femineidad sentirás extrañar,
pero aquel momento aparecerá
cuando tu libertad y confianza amanecerá.
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