A veces, en la vida nos topemos con algunos pozos

A veces, en la vida nos topemos con algunos pozos

Yanara

06/01/2020

Muchas veces habrán oído la expresión “siento que estoy en un pozo sin salida”. Actualmente me encuentro en uno de ellos.

Para empezar, un pozo es un lugar profundo, oscuro, que queda lejos de la superficie, y tiene diversas formas. Pueden ser inmensos o pequeños, con agua o secos, fríos o calurosos. Se destacan por dificultarnos la salida por lo que nos generan la sensación de estancamiento.

El pozo en el que me encuentro tiene algo de luz, es decir, tengo claro el camino a seguir, sé que tengo que encontrar la forma de salir de él, pero se me está complicando, cada día que pasa cuando creo estar llegando a la cima… me siento caer otra vez.

Interiorizarnos en temas personales, toda mi vida me he topado con pozos que me fueron acompañando de los cuales fui saliendo sola o con la ayuda de alguien más. En esta oportunidad, hace dos años, quien era mi pareja me rescató de un pozo en el que ni siquiera sabía que estaba, me dio fortalezas y también cumplió la función de cuidarme. Con su partida volví a caer en un pozo, con la diferencia de que esta vez me falta fuerza y me siento desprotegida. Al igual que el pozo, me siento vacía.

Sé que todo esto es transitorio, que el día de mañana voy a estar fuera del pozo, porque, así como la felicidad es pasajera, también lo es la tristeza, pero se ve tan lejano ese futuro donde todo está superado. Me siento demasiado triste, me siento atada a este pozo que no sé cómo salir de él. Quisiera volver atrás, me gustaría que los sentimientos no tengan caducidad, que la rutina no nos matará un poco cada día y que los obstáculos siempre se puedan superar.

El pozo representa el vacío que quien se fue deja en nosotros. Es un hueco en el corazón que lleva su nombre y que nadie va a reemplazar. No significa que nunca más vamos a poder ser felices con otras personas, quizás mañana está herida ya no duela más.

Todos los días es una lucha constante por seguir. Hay mañanas en las que se van a despertar muy triste, abrumados. Con el pasar del día esa tristeza irá disminuyendo, pero en la noche vuelven esos demonios a los que también llamamos recuerdos que nos van a recalcar lo felices que éramos, eso que hoy solo es tristeza.

Es normal sentirnos sensibles al punto en que nos pregunten por algo al respecto y se nos haga un nudo en la garganta, e incluso muchas veces no vamos a poder evitar las ganas de llorar.

La gente que se va, en ocasiones, nos deja la esperanza de dejarnos la puerta abierta para buscarlos cuando necesitemos algo, pero esa no es la forma en la que realmente nos hacen falta.En ciertos momentos el pozo en el que estamos nos hace pensar que ya nadie podrá salvarnos nuevamente, nos hace creer que que olvidar agotaría nuestro último recurso para recuperar lo que fue. No siempre se trata de que no creamos que podemos volver a ser felices con alguien más, sino que no queremos hacerlo.

    Querido lector, si en estos momentos te encontras en un pozo, espero puedas encontrar la forma de salir. Confío en tu fuerza interior.

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