Nuestra esencia es la que permanecerá, incluso cuando nos hayamos vuelto polvo

Nuestra esencia es la que permanecerá, incluso cuando nos hayamos vuelto polvo

Yanara

06/01/2020

Para mí, nuestra esencia está definida por las características que nos determinan y diferencian de los demás. Podemos cambiar, e incluso evoluciona, pero si somos fieles a nosotros mismos, nuestra esencia siempre perdurará en el tiempo…

Siempre sostengo que la esencia es algo que no se debe negociar nunca por nada ni nadie, porque si vos negocias lo que te hace único y especial, te convertís en el resto, te perdes.

La esencia nos define tanto que cuando dejemos de formar parte del mundo terrenal, ésta se mantendrá para siempre. Se hace presente en todo lo que emprendemos, sea amando a alguien, cocinando, dibujando, o aconsejando. Siempre estamos dejando ese toque especial que convierte nuestras acciones en algo inigualable.

Por ejemplo, si copiamos la misma receta, aunque sigamos cada paso al pie de la letra, nunca vamos a poder igualar el sabor de otro, porque cada quien le aplica su toque único personal.

Me pareció interesante hablar de la esencia porque en este último tiempo estuve bastante inmersa en el auto-conocimiento, intentando descubrir lo que realmente soy. Me topé con personas que no son fieles a lo que los define, quieren adaptarse al mundo atreviéndose incluso, con el fin de encajar, a poner en juego lo que son. Me parece aborrecible el querer cambiar para que gustarles a otros, siendo que hay tanta gente en el mundo que te puede amar por todo lo que sos sin querer cambiarte nada.

Es cierto que hay conductas que nos hacen ser personas menos evolucionadas, las cuales debemos mejorar y cambiar para poder vivir en armonía con los demás, ya que nadie tiene la obligación de convivir con nuestros demonios por el simple hecho de amarnos.

Debo admitir que me resulta molesta la gente que cree que, si alguien te eligió, tiene que soportar todas tus miserias. Es cierto que hay cosas que vienen con nosotros (como la esencia), pero hay actitudes que es necesaria modificarlas por amor.

En ocasiones, la soledad nos hace pensar que todo lo que somos está bien, que no tenemos que andar cambiando para agradar. Esto puede deberse a que no hay nadie a quien complacer, pero es tan importante el crecimiento personal como el pan de cada día. Hay personas que son el espejo del alma, generalmente lo malo que le vemos a los demás, mayormente, nos pertenece, pero siempre es más sencillo ver las fallas de los otros, antes que reconocer nuestras propias falencias y tener el valor de corregirlas.

Antes le tenía tanto miedo al compartir con alguien porque la soledad y el miedo a ser lastimada me hicieron egoísta e intolerante a las diferencias. En un punto creí que esa era yo, que esa era mi esencia y lo que me definía. No tenía ganas de compartir nada porque, sinceramente, no tenía el interés mínimo en elegir algo que sea para dos. Un día el universo me puso alguien delante que, con el tiempo, me hizo dar cuenta que en realidad mi esencia era compartirlo todo, adaptarme y tener ganas de ser mejor persona, entendí que lo desconocido también está bueno, acepté que alguien puede hacerte amar cosas que nunca antes te hubieses planteado. Si le permitimos al otro enseñarnos y aprender de él, podemos ser personas mejores.

Comprendí que la esencia no siempre está a la vista, no nos conocemos tanto para saber qué es lo que nos hace únicos e irrepetibles, por ello es importante el poder verse a uno mismo internamente para conocer todo eso que somos.

Si conocemos nuestros propios demonios vamos a ser los primeros en poder luchar contra ellos, teniendo relaciones más saludables.

Finalmente, quería dejar en claro la importancia de que se conozcan. Ámense, en lo bueno y lo malo, no desgasten sus energías en personas que no les suman, quienes constantemente se muestran disconformes con lo que les dan, que los consideran insuficientes. No negocien su esencia por nada ni nadie, mejoren ya que lo que damos es lo que somos, si damos amor, seremos amor. Perdemos la vida y el tiempo en querer cambiar a los demás para que encajen con nosotros, nos rompemos la cabeza para poder ser parte de grupos que no significan nada, que no nos nutren en lo absoluto, y en este último tiempo me di cuenta que no tiene sentido desperdiciar el tiempo en pensar por qué los otros nos lastiman o por qué a los demás no les importa hacernos daño, intentando entender las razones por las qué actuaron de cierta forma o por qué se fueron sin darnos explicaciones dándole poco valor a lo que les dimos.

Nuestra vida se trata de NOSOTROS, a todos nos llegará la hora de pagar todo lo bueno y malo que hacemos, no es nuestra tarea pensar de qué manera pagaran el karma las personas que pasaron por nuestras vidas. Lo que sí es nuestra obligación es obrar con sinceridad y respeto, es nuestro deber ser alguien mejor todos los días, usar nuestro tiempo en pensar qué hicimos mal, o cómo podríamos haberlo hecho mejor. No pierdan tiempo en los otros, porque SON OTROS, y nosotros no tenemos poder en lo que piensa o hace el resto, sólo podemos modificar nuestras propias acciones.

En estos momentos estamos en proceso de construcción, pero sé que muchas veces estuvimos en demolición.

Inviertan siempre en transformarse, todos los días, y aunque antes hayan estado en el peor de los abismos con más partes rotas de las que alcanzan a contar, hoy tienen que arreglar las partes que les quedaron por reparar, amen cada herida y pedazo de ustedes. Son su única obligación, el progreso depende de ustedes.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS