Algunos poemas, independencia emocional.

1.

A vos, amor fugaz.

Hay amores fugaces, digamos, como una estrella,
brillantes como el sol que quema,
y sutiles como el sonido de las teclas agudas de un piano.
Amores rebeldes, de inteligencia firme,
y carácter fuerte pero de aroma dulce como el vino,
Dorados como el oro, pero suave como la arena.
En fin, hay amores fugaces
que escapan al ras de cada amanecer,
tan pronto como me doy cuenta, estoy de vuelta en mi mundo en donde permaneceré estática para verte brillar en tu firmamento.

2.

Ansiedad.

Ahora que estoy de vuelta en la ciudad, siento en mis mejillas el viento como si fuera tu barba; y en mi nariz tu aroma a menta, tus manos frías que levemente tocaron mi espalda, quisiera ser ese tabaco que te llevás a la boca.

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Por las noches he leído tus asuntos inconclusos; tu nombre clavado en mis pupilas y tu apellido en mi garganta aprentandome fuerte, no me deja pronunciar las verdades, no libera mi incrustada alma(por vos). Entonces comprendo que esa es tu forma de perpetrar, sin pedir permiso, y sin dejar palabra.

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¡Traeme la tristeza que te llevaste, y te devuelvo la que uso para escribirte estas letras!
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No creás, si me di cuenta.

3.

Recordándote, queriendo ser parte de vos.

Seré el viento de la noche que se cuela debajo de tu puerta,
y el sonido de las hojas al sacudirse los arboles,
Seré la luna que se asoma en tu enorme ventana, y el humo del puro del tabaco que te fumás después de dar terapia.

Calma.