29 de Febrero

Hoy no desperté, hoy seguí durmiendo con los ojos abiertos.

Todo te sabe a extraño, a desconocido.

Es como si hoy no fueras tú.

Hace tiempo no tenías esta sensación.

Pensaste que te habías encontrado.

Estabas muy segura de que ahí era tu lugar.

Sentiste haber encontrado tu zona de escape.

Lo diste todo por hecho, y tal vez ese fue tu error.

Pero es que cuando uno está ahí, no piensa que esa historia vaya a acabar.

No esperas que aquello que te hace sentir tan bien, te vaya a traer algún dolor.

Solo confías en que continuará, y continuará.

Escuchas muchas historias, pero crees que exactamente esto no va a terminar así.

No quieres pensar en el final.

Te sientes tan bien ahí.

Pero pasa.

A veces inesperadamente.

Y otras, vienen despacio, contando los pasos.

De cualquiera de las formas, ninguna es menos pesada de llevar.

Igual duele.

Duele tanto, como si desgarraran una parte de ti.

Duele en tal manera, que solo quieres dormir para no sentir.

En ese instante, quieres no creerlo.

Es más, lo tomas con calma, y pretendes querer solucionarlo.

Y esperas a encontrar un momento, para poder explotar por todos lados.

Para romper las vestiduras.

La verdad, es que aún sigues incrédula.

Te está doliendo.

Sientes un vacío inexplicable.

Sientes la caída.

Nadie te preparó para esto.

Nadie te dijo que pasaría exactamente así.

No puedes creer que te pase esto a ti.

No era momento para este golpe.

No era momento para una caída.

Pero si todo estaba bien.

¿Qué pasó?

¿Hoy despertaste pensando que eso pasaría?

¿Qué tiene hoy, que los demás días no tengan?

¿Hoy es 29 de febrero?