Amar tu caos, justifica mi desorden.

Odiar tu peligro, razona mis inseguridades.

Extrañar tu vista, nubla mi entorno.

Observar tu inmensidad, me cegó ante lo diminuto.

Admirar tu valentía, definitivamente me hizo más fuerte.

Fue tu variedad lo que alimentó mi tolerancia.

El modelo sin patrones que rompió estereotipos de quienes hablan de ti, y solo avivan tu ego.

Increíble, como aún viendo arder yo anhelo un paseo en tus llamas.

Sin duda una relación muy tóxica.

Tú, siempre amante del caos,

Figura de terror,

Encantadora de viajeros,

Contenedora y culpable de delitos.

Hoy yo asumo tu culpa, porque tú nunca quisiste ser así, nosotros te obligamos.

Etiquetas: caos caracas placer regreso

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