La luna fue testigo del amor, de la entrega sin control en el balcón, donde solo eramos tu y yo, eso de que en el amor no hay reglas ni condición, que se lo expliquen a tu corazón, que se empeña en abandonar la misión.
– ¡El tiempo lo dirá!
Que alguien lo haga recapacitar.
El tiempo solo a servido para olvidar, para extrañar y para tus labios de mi boca alejar.
Incondicional aquí voy a estar, quizás hoy quieres solo sexo y fumar pero si mañana quieres conmigo despertar aquí te voy a esperar.
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