Quienes me conoces realmente -y quienes no, también, siempre hablo de esto- sabrán que soy un aficionado del universo, los planetas, el cosmos y todo lo que conlleve a hablar de astrofisica -aunque me haya especializado en el área del Derecho- no solamente por el hecho de que me fascina la idea de descubrir que se oculta más allá de nuestros límites conocidos, sino también por el ver con mis propios ojos la inmensidad que se oculta en ello.
En fin, este escrito nada tiene que ver con el estudio de la astrofisica -pues que ni yo he leído tanto sobre ello- sino más bien sobre una especie de ritual que me gusta realizar en mis momentos más nostálgicos cuando me voy fuera de Caracas y es nada menos que acostarme a observar las estrellas que iluminan nuestro cielo. He tenido la suerte de contar con un espacio personal para realizar esta increíble actividad, y. sobre todo, he tenido la increíble fortuna de hacerlo con personas que forman parte fundamental de mi vida, como es mi hermana, y mis amigos -no todos, aun tengo una gran lista pendiente- pero que siempre están dispuestos a acompañarme en tan grata aventura.
Por ahí recuerdo leer un pasaje que culminaba con la frase »la noche nos vuelve nosotros mismos» refiriéndose al hecho de que en la noche, en nuestros enseres en cuando realmente abrimos la mente y el corazón y nos damos cuenta de lo que realmente somos. Indudablemente concuerdo con ese pasaje, inclusive, optaría por incluir que nada demuestra más la luz de los individuos que el brillo de la luna y las estrellas.
Esta fotografía que da paso al presente texto es personal, la tomé yo mismo y al momento de sentarme a detallarla me llenó de enorme alegría y satisfacción. Me puso a pensar en todos los momentos que he vivido, no solo los momentos felices sino también aquellos en que me he querido perder de este mundo para siempre, dolor, rencor, agonía y falta de ganas.
Mi fantasía es poder estar vislumbrando ese cielo con la persona que más amo -si es que llega a existir alguien que ocupe ese puesto- con mis mejores amigos, escuchando una buena ronda de musica y viendo como los astros se encargan de disuadir y disipar toda la energía negativa y malos sentimientos que nos cubren.
No tengo mucho más que añadir, vivan su vida, disfruten cada momento y a cada persona como una enseñanza, no se estanquen en el pasado, y, sobre todo, siéntense un momento por la noche con alguien especial para ustedes, o, si no tienen a alguien, pues con ustedes mismos, que son sin duda las personas más importantes, a contemplar las maravillas que nos enseña nuestro hermoso cielo.
Esto es para todos ustedes.
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